Tienes un lugar en Su corazón, eres parte de Su Plan, no eres ni más ni menos importante que toda Su creación, pero a ti y al hombre los puso en lugares de autoridad para dominar todas las cosas ¡sí, todas, juntos!
Él te llenó de tantas capacidades y virtudes y te dio un proyecto maravilloso, el más ambicioso de la creación, pero no te dijo que lo harías sola, porque el trabajo es tan arduo que es de dos en dos.
Es un proyecto que se hace acompañada, no hay llaneros solitarios en el plan de Dios, siempre es en par, porque si no se hace un desorden, se rompen las espaldas y se destruyen las identidades.
Cada una de las características que Dios puso en ti, como en el hombre son divinas, igual que Su propósito. ¡Eso no es insignificante!
El mundo no soporta un día sin ti, te necesita todos los días, pero te necesita en el lugar correcto.
Fuiste empujada a perseguir tus sueños, sin saber que lo que Dios preparó para ti era más increíble de lo que nunca podrías imaginar.
¿Por qué te limitas a tu imaginación? ¿Sabes que no sobrepasamos más del 5% de la capacidad de nuestro cerebro? Y mira todo lo que la humanidad ha alcanzado con ese pequeño porcentaje.
¿Te imaginas lo que Dios tiene preparado con el otro 95?
Los diseños, las estructuras, los aromas, las palabras, la medicina, el consejo, la comida, la organización, la logística, tantos talentos dentro de ti para organizar todo el planeta, desde la célula más pequeña que lo representa ¡una familia!
¿Quién te dijo que eso no era importante?
¿Quién te engañó diciendo que había cosas mejores?
¿Quién te avergonzó por la forma que Dios te dio?
¿Quién te dijo que tenías que cambiar tu diseño para ser feliz?
¿Quién te empujó lejos de casa?
¿Quién te avergonzó por estar ahí y reinar con tu marido sobre un hogar que un día se convertiría en una nación poderosa?
Si crees que vales y que mereces algo mejor, déjame decirte ¡sí!
Si por alguna razón te quedaste sola con esta tarea, déjame decirte algo: ¡Dios está contigo! Él no te deja sola, ¡Él es tu par perfecto!
Y Dios lo preparó desde antes del mundo para ti y para los que viven contigo. ¿Lo crees?
Créele a Dios. Acércate a Jesús y sigue sus instrucciones.
De su mano verás como empieza a cambiar verdaderamente el mundo.
Vuelve al corazón de Dios. Vuelve a casa.
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
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