Laura Cullen es escritora, poeta, alimenta el espíritu y el alma con su poesía; escribe para no escribirte, aunque no te escribe, pero te escribió.
Entrevistada en el programa de revista Punto de Enlace, Una Visión Compartida, que se transmite en XEG 1050AM La Ranchera de Monterrey, de Núcleo Radio Monterrey, define su poesía como nostálgica y melancólica, romántica, de amor y desamor, pero se prepara ya para incursionar muy pronto en el género de la novela, una narrativa de la que no está alejada, pero que dice quiere llegar bien cimentada.
Esta mujer comunicóloga y técnica en turismo, que siente el gusto por la literatura, por la escritura desde su época de estudiante en secundaria se regocija por el éxito de su poemario “Escribo para no escribirte”, del Fondo de Cultura Económica en 2021, el cual agotó el tiraje. “La gente lo pedía, me encontraba y lo solicitaba, les decía que se había agotado. Fue entonces cuando encontré el apoyo de Claudia Alanís, que encabeza la Casa Editorial Los Ojos de Eva, y decidimos lanzar una segunda reedición con algunas modificaciones, y hemos tenido éxito mientras la gente recibe la obra de muy buena manera”, explica Cullen.
Esta segunda edición presentada en el Museo de Culturas Populares, en evento de Guillermo Gómez, que encabeza Luchando por la cultura, es bajo el sello de la casa editora Los Ojos de Eva, de Claudia Alanís, quien ha creído en Cullen para impulsar esta obra, que es, dice la escritora, el inicio de una trilogía y anuncia para agosto o septiembre “No te escribí, pero te escribí”.
Laura Cullen siente la poesía, las letras, las tiene en su ADN, vive para trasmitir un remanso de paz, de quietud, desahogo a través de los recursos poéticos, del verso libre.
“La poesía es un a desahogo además de una terapia para el alma y el corazón, hay cosas que tenemos que decir no solo romance, queremos expresar muchas otras cosas, no tenemos la valentía, pero nuestro único recurso es escribir y plasmarlo en una hoja, queremos escribir a mucha gente y optamos para no hacerlo, entonces escribimos para no escribir, es algo muy simbólico, si te estoy escribiendo no lo estas recibiendo”, abunda en la charla sostenida en la cabina radiofónica de la legendaria XEG, la Ranchera de Monterrey, que cubre todo el territorio nacional y el sur de Texas, transmisión simultánea en Facebook y Tik Tok.
Y va más allá: “La poesía alimenta el alma, el espíritu, es la ciencia del alma, el corazón, nos ayuda, es catarsis, es mágica, ayuda a crecer, a confiar, a crear, hay que darle importancia que se merece”, puntualiza.
Laura Cullen espera, quiere, y lo hará, incursionar en la novela, es un proyecto a futuro y trabaja en ello.
Mientras, va por la vida cotidiana, se empapa de ella, de sus vivencias, de los recuerdos y de la imaginación para escribir su poesía nostálgica, melancólica y romántica, como “Siguiendo la luna”, uno de sus poemas más hermosos y consentidos.