jue. Jun 26th, 2025

El conflicto entre Israel y sus países vecinos causa escozor entre muchos, pero para entenderlo es necesario verlo desde su origen, que es teológico, no político, y la historia de este conflicto territorial nos remonta a una cuestión de herencia familiar.

¿Ha visto cómo se disputan los hijos una herencia? Pues aquí  sucede algo similar. Dios le prometió a Abraham darle una tierra para su descendencia, la que procrearía con su esposa, pero en un momento de duda, Abraham creyó que debido a la esterilidad de su mujer, sería posible darle a Dios “una ayudadita” conforme a las costumbres de la época y engendrar con otra mujer un hijo.

Esta mujer llamada Agar, era egipcia y su hijo, Ismael, el primogénito de Abraham, es el padre de todas las naciones árabes, fieras y en constante disputa, tal como le fue dicho desde que fueron apartados de la familia por no seguir las reglas de la casa.

Finalmente, Abraham tuvo un hijo con su esposa Sara, tal como Dios lo prometió, y de Isaac, el hijo de la promesa, viene toda la nación de Israel. El hijo de la esposa era el heredero de la tierra, no el de la sierva.

Para nosotros, Ismael es primero en derecho, pero en un tiempo en que la Ley de Dios no había sido dada aún a su pueblo sino hasta más de 700 años después (a través de Moisés), el heredero era el hijo legítimo, no el ilegítimo, aunque Abraham lo amara.

Tiempo después, Dios dejaría regulado este asunto al establecer que no habría preferencias en las herencias, sino que el hijo mayor sería el primogénito por ley (para evitar esta clase de problemas, pero hasta la fecha, seguimos entrampados por no querer obedecerlo).

Pero volvamos a la historia otra vez… casi mil años después de Abraham y esta declaración de propiedad dada por Dios a su amigo (sí, Abraham es considerado un amigo de Dios y padre de la fe para muchos), en medio de otro momento de debilidad del rey David, el pueblo sufrió una gran mortandad y para detenerla, quiso establecer un lugar de culto y adoración a Dios, pero no podía hacerlo en un lugar que no fuera suyo, así que viendo la era de Ornán el jebuseo, David decidió comprarla por justo precio, dejando por escrito en la historia la compraventa del lugar donde algunos años después se construiría el primer templo, conocido como el de Salomón y que actualmente es ocupado por una mezquita.

Hay un registro histórico de esta transacción de compraventa del territorio, no regalado ni conquistado, sino pagado justamente, para que nadie dudara de la legitimidad dela transacción ni que el rey abusara de su posición.

¿Quiere usted meterse en este asunto de herencia familiar? Terminará haciendo lo que cada familia que se enfrenta a una situación así; clamando a Dios por ayuda y buscándose un buen abogado.

Cristo es nuestro abogado, el único justo que conozco (sin el afán de ofender a nadie), búsquelo y siga sus instrucciones, y no necesita ir tan lejos para poner en orden a los descendientes de la familia de Abraham, con que empiece por poner en orden la suya es bastante tarea para evitar la destrucción del mundo.

Si quiere conocer la referencia histórica, (sí, no es religiosa, es histórica), puede encontrarla en las Escrituras desde los libros de la Ley hasta las crónicas de los Reyes. Atrévase a conocerla.

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

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Por Admin

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