Gabriel Contreras

Literal: los diablos andan sueltos…

Al mismo tiempo que se desenvuelven las versiones en torno a la liberación de Israel Vallarta y sus posibles vinculos con el ejercicio pleno del secuestro, en el interior del partido en el poder se desata al pie de la letra una larga cadena de patadas bajo la mesa. 

Así pues, el ex secretario de Gobernación y ex Gobernador de Tabasco Adán Augusto López (en su faceta de villano favorito) brilla por su ausencia en tanto que los allegados al otro Lopez (López Obrador) la emprenden contra su trayectoria, su nombre y sus intenciones sin piedad y sin recato.

El hecho es que al culminar esta desgarradora contienda no quedará títere con cabeza, fruto de lo que comienza a revelarse como una guerra sin cuartel. 

Es posible señalar ahora mismo que las chispas derivadas de todos estos incendios podrían  expandirse y alcanzar puntos vecinos, por ejemplo remarcar los tratos sellados por Adán Augusto y por Américo Villarreal, o sus tendencias libidinosas  depositadas en las noches de luna llena sobre las curvas de una innombrable muchacha oriunda de Chihuahua…

Ya desde los tiempos de Salinas había una frase que describía a la perfección esta clase de situaciones. Era una frase compacta, sólida y muy descriptiva: “los diablos andan sueltos”.