Tal vez te sientes incapaz, indigno o que simplemente no tiene sentido, pero si Jesús te lo pide, puedes confiar y actuar.

Si al mismo Juan que había sido lleno el Espíritu Santo desde que estaba en el vientre de su mamá Elisabet, que tenía el espíritu de Elías y que bautizaba para arrepentimiento preparando el camino del Señor tuvo dudas y “discutió” con Jesús, Jesús tuvo paciencia para explicarle y entender, también tendrá paciencia para explicarnos a ti y a mí de nuevo, por qué debemos obedecerlo.

Acepta lo que Jesús te pidió y házlo. Puedes confiar que si Jesús te lo ha pedido, es importante y te ayudará a cumplir tu propósito y el Suyo.

Sientete amado con esto que ministra mi corazón: Tú también eres parte de Su Plan. ¡Acéptalo y gózate!

Luego Jesús fue de Galilea al río Jordán para que Juan lo bautizara, pero Juan intentó convencerlo de que no lo hiciera.

—Yo soy el que necesita que tú me bautices—dijo Juan—, entonces, ¿por qué vienes tú a mí?

Pero Jesús le dijo: —Así debe hacerse, porque tenemos que cumplir con todo lo que Dios exige.

Entonces Juan aceptó bautizarlo.

Después del bautismo, mientras Jesús salía del agua, los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios que descendía sobre él como una paloma. Y una voz dijo desde el cielo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo».

Mateo 3:13-17 NTV

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