Gabriel Contreras
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Interesante y llamativo este asunto de los nombramientos que se realizan a partir de la simpatía, la amistad, el prestigio o la cercanía personal para encargos como aquellos que están relacionados con asuntos de salud, por ejemplo.
Lo lógico es que esas decisiones tendrían que atenerse a exámenes de competencia en los que participaran iguales, porque no se trata de llamarle al compadre…
Lo recomendable es ser firme y exigente, porque pueden ocurrir cosas como las que ocurren en estos momentos en el país vecino, donde un personaje como el secretario de salud de pronto tiene que pensar las cosas dos o tres veces antes de opinar, porque sencillamente ese no es su campo…
El hecho es que su experiencia, su capacidad para tomar decisiones pertenece a otro terreno, y en el ámbito de la salud esa figura resulta un desfiguro…