Raúl Guajardo Cantú
Por si usted no lo ha notado, desde que se clausuró el zoológico La Pastora ya nadie habla del trasvase de agua de la presa El Cuchillo hacia Estados Unidos que se realizará con la finalidad de pagar la deuda que nuestro país tiene con el vecino del norte por los tratados hídricos. En este caso se está privilegiando el pago de esa deuda a las necesidades de consumo humano de los nuevoleoneses y, desde nuestra perspectiva, se está utilizado el caso de la osa Mina como distractor, caso que por cierto también pasa a segundo término ante el cierre del zoológico.
Hay quienes, en aras de sus intereses políticos, aseguran que la clausura de La Pastora es una especie de “coscorrón” que le está dando el gobierno federal a Samuel García debido a su “defensa” del agua de El Cuchillo, pero seguramente cabe una explicación alterna que es la que queremos aquí comentar.
Según todo apunta, Samuel sabía del trasvase, y estaba de acuerdo con él, desde inicios de año en que se lo habría planteado la presidenta Sheinbaum, tal y como el propio gobierno federal se encargó de dar a conocer cuando se dio la noticia del citado trasvase, sin embargo, seguramente de forma acordada con la presidenta, el gobernador salió a rasgarse las vestiduras para quedar menos mal con sus gobernados.
A esa supuesta indisciplina el gobierno federal habría respondido con el cierre fulminante de La Pastora, como una forma de apoyar a Samuel y que la gente, que siempre compra ese tipo de historias porque recurren al sentimentalismo, dejara de hablar de lo importante: la pérdida de agua que tendremos en el estado debido a los compromisos internacionales del país, de paso, el gober queda un poco menos mal porque salió en defensa de sus gobernados y todos contentos.
Recordemos que, como decía Carlos Monsiváis, “en México lo único verdadero es la lucha libre”. Así es que tomemos con pinzas esas versiones de que Samuel García se enfrentó al gobierno federal, a la presidenta Sheinbaum con la finalidad de defender los derechos de los nuevoleoneses.
La realidad es que, con todo y lo verde que está, el gobernador, no se atrevería a entrar en su tumba política enfrentando el poder actual de la presidenta Sheinbaum que ya ha mostrado que no le temblaría la mano para revivir alguno o varios de los expedientes que se dice existen en contra de Samuel desde el sexenio pasado, así que por favor, no compre esas versiones que tienen la finalidad de hacer que este parezca un héroe pero la realidad corre en otro sentido.
Entendemos que, dada la postura de Trump, la presidenta Sheinbaum no tiene mucho margen de maniobra porque el no pagar esa deuda de agua se puede traducir en aranceles o, peor aún, en un quiebre en la revisión del T-MEC, lo que se convertiría en una tragedia económica para el país.
Pero de ahí a darle un valor a una acción que no lo tiene, hay un gran trecho que, cada quién aprovecha para promover a su gallo