mié. Oct 22nd, 2025

Por Gerardo Guerrero 

Hay personas que no esperan que las condiciones cambien: las transforman. Son aquellas que no buscan validación, sino sentido; que entienden que la acción coherente tiene más peso que la retórica. En México, seis mujeres —Eva Ramón Gallegos, Katya Echazarreta, Valeria Macías, Adriana Tortajada Narváez, Gabriela Salas Cabrera y María Cristina Rodríguez Padilla— representan esta forma de transformar la realidad desde la ciencia, la tecnología, la justicia social y la cultura.

Sus trayectorias son distintas, pero comparten una convicción esencial: el conocimiento y la acción deben tener propósito.

Eva Ramón Gallegos, investigadora del Instituto Politécnico Nacional, ha desarrollado una terapia fotodinámica no invasiva capaz de eliminar el virus del papiloma humano, principal causante del cáncer cervicouterino. Su trabajo, reconocido internacionalmente, representa un avance tangible en la medicina preventiva y en la salud pública mexicana. Eva demuestra que la ciencia puede salvar vidas cuando se combina con perseverancia y convicción.

Katya Echazarreta, ingeniera eléctrica y colaboradora de la NASA, se convirtió en la primera mujer mexicana en viajar al espacio a bordo de la misión Blue Origin NS-21. Más allá de su logro histórico, promueve la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) entre niñas y jóvenes latinoamericanas, demostrando que el conocimiento técnico también es una herramienta de movilidad social.

Valeria Macías es activista y creadora de la “Ley Valeria”, que tipifica el delito de acecho a nivel federal. La Comisión de Justicia Federal aprobó la propuesta con 31 votos a favor, 0 en contra y 0 abstenciones, colocándola a un paso de ser reconocida en todo el país. Su iniciativa visibiliza una forma de violencia previamente ignorada por el sistema legal y constituye un avance en la protección y dignidad de las personas. Valeria demuestra que el activismo informado puede traducirse en leyes concretas y cambios estructurales.

Adriana Tortajada Narváez, empresaria y CEO del fondo de inversión Twelve Hundred VC, ha impulsado el ecosistema de emprendimiento e innovación en América Latina. Ha participado en la creación de programas de apoyo a startups y liderado inversiones en tecnologías con impacto social y ambiental. Adriana evidencia que el capital privado puede convertirse en un motor de transformación y desarrollo sostenible.

Gabriela Salas Cabrera, ingeniera y científica de datos originaria de Chapulhuacán, Hidalgo, ha integrado el idioma náhuatl en la plataforma Google Traductor. Su trabajo une tecnología y preservación cultural, y ha sido reconocida entre las mujeres más influyentes del mundo en ciencia y tecnología. Gabriela demuestra que la innovación puede ser inclusiva y que la tecnología también puede proteger y dignificar la diversidad cultural.

María Cristina Rodríguez Padilla, investigadora de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ha aportado avances en inmunología y oncología. Sus investigaciones sobre agentes antitumorales y terapias grupales para pacientes con cáncer de mama han sido reconocidas nacional e internacionalmente, consolidando su papel en el fortalecimiento de la investigación científica en México.

Estas seis mujeres, desde campos tan diversos como la ciencia, la tecnología, la justicia y la cultura, comparten un mismo principio: la acción con propósito y coherencia. Eva cura, Katya explora, Valeria legisla, Adriana invierte en innovación, Gabriela preserva y amplía el acceso al conocimiento, María Cristina investiga y salva vidas.

Su relevancia trasciende el género. Lo que las hace admirables no es ser mujeres excepcionales, sino personas que han decidido actuar con propósito y consistencia. En sus trayectorias se revela una enseñanza profunda: la verdadera transformación no depende de la posición, la edad o la visibilidad mediática, sino de la convicción de actuar con impacto real y sostenido. Han demostrado que la ciencia, la ley, la tecnología y la cultura no son esferas separadas, sino expresiones distintas de una misma fuerza: la de mejorar el mundo con los propios recursos y habilidades.

Creer, crear y transformar son verbos que resumen sus caminos. Eva, Katya, Valeria, Adriana, Gabriela y María Cristina nos recuerdan que la verdadera influencia consiste en dejar huellas concretas, que beneficien a la sociedad y que trasciendan el tiempo.

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