Antes de Cristo, era necesario que hubiera intérpretes de la Ley que explicaran al pueblo las leyes, reglamentos y ordenanzas porque muchos no sabían cómo cumplirlos ni entendían la libertad que traía el vivir ordenadamente.
Muchas veces hemos leído los mandamientos de Dios y nos han parecido extraños y hasta injustos, nos hieren y nos provocan resistencia, pero cuando los entendemos cumplen plenamente su efecto, nos provocan tristeza y un deseo genuino de vivir diferente.
Sin embargo, si nuestra tristeza y nuestras lágrimas a causa de nuestros errores nos impiden compartir la alegría de la salvación de Jesucristo nos ofrece, estamos deteniendo la obra y la alabanza debe estar continuamente en nuestra boca.
Como intérprete, hoy quiero decirle que debe tener gozo por el perdón y la nueva vida que Dios le ofrece, y compartirlo con los demás. A veces nos sentimos los pecadores más grandes, pero Jesús es un Gran Salvador sobre todos nuestros pecados, y eso debe hacernos sentir y vivir diferente.
«Vayan y festejen con un banquete de deliciosos alimentos y bebidas dulces, y regalen porciones de comida a los que no tienen nada preparado. Este es un día sagrado delante de nuestro Señor. ¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del Señor es su fuerza! Nehemías 8:10 NTV
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
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