Luz María Ortiz Quintos
Los mexicanos tenemos muchas costumbres y tradiciones que nos distinguen, además de caracterizarnos por ser solidarios y alegres. Celebramos el Día de Reyes, el Día del Amor y la Amistad, el Día del Niño, el Día de la Madre, el Día del Padre, el Día de los Abuelos, entre muchas otras festividades.
Es esencial seguir transmitiendo y promoviendo nuestras costumbres, raíces y creencias.
Hoy en día, muchas personas de todas las edades celebran una fiesta que no forma parte de nuestra tradición, influenciadas por la publicidad y la difusión de costumbres extranjeras, como el popular “dulce o truco” del Halloween.
Como mexicanos, nuestras verdaderas celebraciones en esta época son el Día de Todos los Santos, el 1º de noviembre, y el Día de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre.
Fomentar nuestras propias tradiciones en las nuevas generaciones es fundamental para preservar nuestras raíces e identidad cultural.
Es importante animar a los niños a conocer la vida de los santos, no solo desde un sentido religioso, sino también como modelos de inspiración, por sus historias de esfuerzo y superación ante circunstancias difíciles.
Asimismo, debemos recordar a nuestros familiares que ya no viven, visitar los lugares donde descansan sus restos y mantener viva su memoria.
Nuestras costumbres y tradiciones se transmiten de generación en generación, y son las que nos permiten mantener una identidad propia como pueblo y como seres humanos.