dom. Dic 22nd, 2024

Charlas de taberna

Marcos H. Valerio

Existe una tradición maya que cada Día de Muertos en el cementerio de Pomuch, los familiares de los fieles difuntos acuden a lavar sus huesos. Del 21 de octubre al 2 de noviembre se lleva acabó este rito llamado choo ba’ak.

Además, les cambian la ropa o manto, que consiste en un paño bordado con su nombre o figura que se colocan en la caja adornada que resguarda los huesos.

El sepulturero, don Venancio, explica que, para sacar el cuerpo del difunto, fraccionarlo y transportarlo al osario, primero tiene que transcurrir tres años como mínimo de su defunción.

Una vez que se asearon los huesos, los familiares realizan el hanal pixán, que significa “comida de las ánimas”, es una tradición del pueblo maya que se lleva a cabo para recordar de una manera especial a los amigos y parientes que se adelantaron en el viaje eterno.

El 1 y 2 de noviembre se realiza la misa en el cementerio del pueblo y las familias acuden muy puntuales y alegres pues van a recibir a sus difuntos. Con ello culmina la celebración del Día de Muertos en el poblado.

Por su parte, doña Teresa de Jesús habitante de Pomuch, comentó que llevas más de 20 años realizando la limpieza de huesos de sus antepasados, el cual, aprendió de su papá y posteriormente ella a sus hijos sin negarse a seguir con esta tradición.

Cabe destacar que el 30 de octubre de 2017 “La limpieza de los santos restos ritual funerario de la comunidad maya de Pomuch” fue inscrito al Patrimonio Cultural del Estado de Campeche.

TRADICIÓN QUE SE NIEGA A MORIR

Don José Dzul de 70 años de edad, habitante del municipio de Pomuch, Campeche, lleva más de 55 años realizando la tradición de la limpieza de huesos y cambio de manto de sus antepasados, el cual, fue enseñanza de su abuelo y papá, ya que es una tradición maya que hasta la fecha sobrevive.

Comentó que las nuevas generaciones continúan con esta costumbre familiar. Hay algunos que no les gusta, pero en su mayoría de los jóvenes continúan con nuestras tradiciones.

Por ello, asegura: “Mientras siga viviendo seguiré yendo a limpiar los restos de mis antepasados, a pesar de las dificultades por la edad, y enseñarles a las nuevas generaciones el ritual”, comentó don José Dzul.

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