mié. Mar 12th, 2025

Raúl Guajardo Cantú

Toda gran metrópoli presenta problemas, ninguna se salva de ello, Nueva York, París, Londres, CDMX por señalar algunas, padecen inundaciones, atascos viales, insuficiencia en el suministro de electricidad y no se diga las derivadas de las fallas en los servicios que brindan las autoridades de cada una de ellas.

El área metropolitana de Monterrey, que en su conjunto puede ser considerada una ciudad media, comparada con las grandes urbes que superan los 10 millones de habitantes, no se escapa de presentar este tipo de problemas.

Los fuertes vientos que se presentaron en la urbe el pasado martes nos mostraron algunas de las vulnerabilidades en que vivimos y de las cuales somos conscientes solamente cuando se presentan fenómenos fuera de lo común aunque recurrentes año tras año.

Si usted intentó transitar por el centro de la ciudad de Monterrey o dirigirse a municipios como San Nicolás o Apodaca, seguramente quedó atrapado en el caos vial provocado por la falla en el suministro eléctrico al sistema de semaforización.

Semáforos fuera de servicio y la falta de cultura vial ocasionaron que muchas personas vieran frustradas sus esperanzas de llegar a tiempo a sus compromisos, ya fueran laborales o personales.

Si bien la falla eléctrica puede deberse a un imponderable que se puede presentar en cualquier parte del mundo, nos parece que faltaron planes de contingencia por parte de las autoridades viales de la entidad, en todos los niveles.

Porque si bien se aspira a tener un sistema coordinado en toda el área metropolitana de semaforización inteligente, Sintram, la realidad es que se deben tener planes para cuando el suministro de energía eléctrica falle, lo cual ocurre frecuentemente por estas fechas debido a los ventarrones que se presentan durante los primeros meses del año.

Así que no es difícil predecir que fallarán los semáforos, que las calles se inundarán durante otras épocas del año y que habrá incendios como los que se presentaron también el pasado martes.

Para esos fenómenos recurrentes se debe estar preparado, no es posible que la improvisación sea la divisa y que, como estos fenómenos solo se presentan algunos días del año, no se esté preparado para enfrentarlos.

Los ciudadanos debemos exigir a las autoridades correspondientes que actúen con presteza y efectividad, no puede ser que a los problemas cotidianos sumemos los extraordinarios como los del martes pasado y tengamos que vivir en el caos así sean unos cuantos días durante el año.

Debemos exigir que el trabajo de las actividades sea proactivo y no reactivo como hasta ahora sucede, pero también que sea efectivo, no puede ser que agentes de tránsito apostados en calles atestadas de automóviles que no tienen forma de salir de los atascos en que se encuentran, simplemente volteen hacia otro lado y dejen que el caos reine y que en conjunto no se tenga un plan para enfrentar la situación.

Todo esto debemos tomarlo en cuenta a la hora de elegir a las autoridades, no solamente si tienen una buena foto, una bonita sonrisa o una pose de seriedad que simplemente no quiere decir nada.

Es hora de que dejemos de lado las improvisaciones.

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