Dime, Dios mío, ¿quién puede vivir en tu santuario?, ¿quién puede vivir en tu monte santo?

En la amable hospitalidad del mundo antiguo, un huésped estaba protegido de todo daño; su persona era inviolable, todos sus deseos eran satisfechos. De modo que el invitado de Dios está a salvo, puede pedir asilo de todo enemigo y participar de toda la abundante provisión de Su morada”. (Maclaren)

Vivir bajo la sombra del Altísimo es seguro, ¿pero quién puede acercarse a Dios si mi pecado me impide estar delante de Su Santidad?

El Antiguo Pacto requería sacrificio para poder acercarse y obediencia para ser bendecido; en el Nuevo Pacto, gracias al sacrifico y obediencia de Jesús, por la fe en Él ahora yo puedo acercarme y ser bendecida, pero si mi fe no tiene obras que la respalden, es una mentira.

Como escribió Juan: Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad (1 Juan 1:6).

Podríamos decir que bajo el Antiguo Pacto un caminar recto era la condición previa para la comunión con Dios; Bajo el Nuevo Pacto, un caminar recto es el resultado de la comunión con Dios, fundada en la fe.

Si queremos vivir seguros bajo la Presencia de Dios no solo debemos creer, también debemos vivir conforme a lo que Él nos pide, para estar seguros.

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.Email mujervirtuosa@instruccionespersonales.com
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