Por Salvador Hernández LANDEROS
El Embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, vino al
Tecnológico de Monterrey y sólo fue para echarse un rollo ya muy trillado.
Durante su participación en el “Simposio Norteamérica Retos que nos Unen”
logró impresionar con su estilo a algunos cuantos, pero no concretó nada.
Al hablar del narcotráfico y decir que: “Esto es una amenaza que si no se
detiene va a empeorar”, Landau, nuevo en el cargo, no descubrió el hilo negro.
Por si no lo sabía, México padece la violencia derivada del narcotráfico y ha
empeorado desde hace diez años causando la muerte a miles de mexicanos.
Según el Diplomático, “existen algunas partes del territorio mexicano con
gobiernos paralelos controlados por el narcotráfico”, pero no dijo cuáles son.
En su País les advierten qué territorio de México es más riesgoso para su
seguridad y no lo visiten. Como fue con Michoacán, Tamaulipas y Guerrero
También “reconoció que la inseguridad en México deriva del problema que
existe por la drogadicción en Estados Unidos”, pero, y luego, qué va hacer.
Siguiendo con su apantallante rollo dijo: “A mí me preocupa muchísimo lo que
está pasando en México”. ¿Hasta ahorita le preocupa? ¿En qué planeta vivía?
Según el periódico Milenio, dice que reconoció que “es una vergüenza que en
Estados Unidos haya tanta droga”. Y qué espera para ir a su País y decírselos.
Muy rollero expresó: “Reconozco que somos parte del problema, pero por eso
quiero ser parte de la solución”. Qué espera, vaya y dígaselo a Donald Trump.
Embajador Landau, vaya y échele su rollo a Mister Trump y, si usted dice: “ya
basta de estar culpándonos de uno y otro lado”, pues con más razón, para que
ya se deje de agresiones verbales. ¿Cómo ve?
chavalolanderos@yahoo.com.mx