Mario Rodríguez Platas
El terrible incendio de Notre Dame, trajo a mi memoria el suicidio de Maria Antonieta Valeria Rivas Mercado Castellanos en el interior de ese lugar, en febrero de 1931.
La mexicana Antonieta Rivas Mercado, esa mujer, cuya debilidad por José Vasconcelos, la llevó a acompañarlo en la aventura presidencial de 1929 y que su amor por la cultura y las artes la hizo mecenas de varios intelectuales y artistas del primer tercio del siglo XX. La misma que recibió a otro gran oaxaqueño en su casa (Vasconcelos, lo era), Andrés Henestrosa, quien por cierto, aprendió el español (su lengua materna era el zapoteco) hasta los 15 años de edad y que años después sería miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
Con el incendio de Nuestra Señora de París, vino a mi mente el suicidio de la hija del arquitecto preferido del porifiriato, Antonio Rivas Mercado (quien por cierto, construyó “el ángel” de la independencia, donde cada junio parte la Marcha del Orgullo LGBTTTIQ) con una pistola que era de José Vasconcelos.
Hoy recordé el suicidio de Antonieta Rivas Mercado* en la catedral de Notre Dame , cuando caía la aguja simbólica que coronaba la cúspide de ese edificio octocentenario.
Descansa en paz Antonieta, Notre Dame sobrevió a tu suicidio y no sucumbió al incendio que nos conmocionó a todos/as.
* Les recomiendo el libro: Antonieta de Fabienne Bradu. Fondo de Cultura Económica.