Por: A. C. Guerra
Dos años de nada…
Con más pena que gloria llega a su primer tercio la tan mentada “Cuatrote”, con un país al borde de la miseria, con un índice de desempleo terrible, con una crisis económica de antología y para colmo de males, inmersos en una pandemia que el gobierno federal no ha sabido manejar, pues el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador se salta los protocolos al negarse rotundamente a ceñirse al uso del cubrebocas.
“Me han dicho que no es indispensable”, fue la respuesta tajante del primer mandatario, cuando se le cuestionó el por qué, pese a que la Organización Mundial de la Salud ha puesto a México entre los países de mayor riesgo y recomendó el uso obligatorio del cubrebocas, mostrando un total desprecio a las disposiciones dictadas desde instancias internacionales.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador llegó a los dos años sin avances, sin obra y sin proyectos viables a futuro. Todas las promesas realizadas durante su campaña, se han ido por el caño. Y cómo no se iban a ir, si desde esta última vez que anduvo en búsqueda del voto ciudadano él mismo dijo que “una cosa es lo que se dice en campaña y otra muy distinta es lo que se hace al obtener lo deseado”. Palabras más, palabras menos, AMLO fijó su postura aún antes de su triunfo en 2018.
Creador de falsas esperanzas, vendedor de humo barato, mercachifle de la democracia es en lo que vino a parar quien encabezó uno de los movimientos más importantes en lo que va del Siglo XXI. Poco más de 30 millones de votantes le dieron su voto a quien creyeron sería “el salvador de la patria”, pero ¡oh sorpresa!, ese “salvador” se ha convertido en la peor ave de rapiña que ha existido en este país.
Siendo como es, polvo de aquellos viejos lodos de los que tanto “reniega”, Andrés Manuel ha “gobernado” prácticamente bajo el mismo esquema de los gobiernos anteriores. No ha cambiado ni un ápice. Sus promesas de luchar contra la corrupción y erradicarla han quedado en entredicho cuando sus propios hijos, muchachos sin oficio ni beneficio antes de tener “papá presidente”, quien a su vez antes de su arribo a Palacio Nacional no traía más de 200 pesos en la bolsa, hoy son “prósperos” empresarios y su esposa, antes una pseudo “escritora” y académica desconocida, hoy está encumbrada y hasta investigadora Nivel 1 del Conacyt ha sido nombrada, sin que presentara investigación alguna que fuese de importancia o contuviese aspectos interesantes.
En estos dos años, la “Cuatrote” no ha transformado nada…, bueno, si ha habido transformación, pero en reversa. Vamos “pa’tras”. El sector salud está en crisis, hay demasiada gente muriendo, ya no por causas del Covid19, sino por otras enfermedades que no son atendidas por falta de recursos. Entre esos casos destacan los niños con cáncer y mujeres con cáncer de mama, entre otros casos serios. Y si a esto agregamos los ya más de 100 mil muertos durante la pandemia, la situación se torna grave, muy grave.
La crisis económica que sufre el país ya se veía venir desde mucho antes de que entráramos a la “cuarentena”, de la cual se dice que no eran 40 días, sino 40 meses los que estaremos “confinados”. Falacia terrible el confinamiento, pues no se ha cumplido a cabalidad, principalmente porque el peor ejemplo lo pone el propio presidente. “reúnanse, abrácense, no es indispensable el cubrebocas”. Pérdida total de la brújula, mañaneras cargadas de mentiras y “otros datos”, en fin, terrible lo que ocurre con este gobierno que en mala hora recibió el espaldarazo del “pueblo sabio”, que hoy se da de topes en la pared, en claro gesto de arrepentimiento.
Pero todo lo anterior es nada frente a la ceguera de algunos “aplaudidores profesionales” que desde una curul, que les deja jugosas ganancias, quienes ven un ¡país transformado!, con grandes avances y obras monumentales. Una de dos: o la “lana” que les deja ser serviles al gobierno es mucha o su ceguera es evidente, defienden lo indefendible y al ser cuestionados, hacen lo mismo que su “patrón”, voltean hacia el pasado.
Aunque usted no lo crea, un diputado federal por Nuevo León, de esos que resultaron camaleónicos, pues antes vivía del “chayo” tricolor, se atrevió a asegurar que en 80 años de gobiernos priístas, no se había hecho nada. Seguramente el mundo se detuvo en los años 30’s y 40’s y las instituciones, con sus obras y beneficios, surgieron por obra y gracia del “espíritu santo”… En fin, la “Cuatrote”, está reprobada, así juren y perjuren que “todo va bien”.