Luz María Ortiz Quintos
Instituto Nacional de Consultoría Familiar
Como sociedad y padres de familia no necesitamos conocer los detalles de la vida, de sus hijos o hijas. No, nos corresponde juzgarlos.
NO nos incumbe la vida de sus hijos, que estaban haciendo, en dónde, ni con quién, en el momento de su desaparición.
Solo quienes tenemos hijos adolescentes, sabemos lo que esto implica. Es muy fácil hablar a la ligera y dar sugerencias o recomendaciones, criticar, juzgar, señalar… sobre lo que hacen; pero es cada familia dentro de sus cuatro paredes quienes viven su día a día, con todos los retos que en estos tiempos implica el amar, cuidar, educar y proteger a nuestros hijos.
No podemos ser indiferentes al dolor del otro, a la impotencia que tantas familias están viviendo en estos momentos. Lo menos que debemos hacer, es solidarizarnos en oración por sus familias, por sus hijas desaparecidas y encontradas sin vida, queremos que no haya más jóvenes violentadas, queremos autoridades que esclarezcan estos hechos, queremos que se haga ¡JUSTICIA!, queremos que se RESPETE la memoria de todas ellas, dejando de usar sus nombres con fines de raiting o publicidad.
Queremos elevar nuestra oración pidiendo por su eterno descanso.
Queremos orar por Ustedes, Papás, Mamás, Hermanos, Abuelos, Tíos, Amigos por todos quienes viven en estos momentos la ausencia de ellas; el dolor, la tristeza y la incertidumbre de ¿quién? y ¿porqué? comete esta clase de delitos, atentando contra la libertad y hasta privar de la vida de sus personas amadas.
Mi respeto y oración por todas las familias que sufren este inmenso dolor, nada podrá ser igual en sus hogares, tampoco lo es en todo Nuevo León, que en tan pocos días nos ha estremecido con estas situaciones de personas desaparecidas y encontradas sin vida.
¡Padres de Familia! No se rindan, no están solos, estamos unidos con Ustedes y sepan que cuentan con nosotros, todos somos uno, en Nuevo León.
