lun. Dic 23rd, 2024

Cosas del Tony
Por: Antonio Sánchez R.
Cuando alguien decide meter reversa a alguna situación en la que se haya visto involucrado, para evitar daños o humillaciones, se suele emitir una expresión muy beisbolera que queda “como anillo al dedo”: “p’atrás los filders”. O séase, me voy de “recula”, por no decir que “me voy con la cola entre las patas”.
Desde hace algunos meses, nuestro imberbe FosfoGober había anunciado que una importante empresa internacional había aceptado instalar una planta en el estado de Nuevo León y que las negociaciones estaban mucho muy avanzadas y que en poco tiempo habría una decisión.
Tal decisión no tardó mucho en llegar, pero así como Eslon Musk hizo llegar su deseo de instalar una planta armadora de autos en nuestro estado, en el municipio de Santa Catarina, de inmediato saltó “la liebre” en el centro de país: desde las mismísimas entrañas del Palacio Nacional se escuchó un rotundo NO a Tesla en Nuevo León, quesque porque “no hay agua”.
Andrés Manuel López Obrador, mostrando esa faceta real que pocos conocen, la de dictador bananero, haciendo uso del poder presidencial, vetó a Nuevo León y pretendió que el empresario sudafricano se inclinara por instalar su planta armadora en el Estado de México, cerca de SU aeropuerto Felipe Ángeles, un aeropuerto que puede presumir cualquier cosa, menos vuelos.
¿Por qué el deseo de AMLO de que Tesla se instalara en EdoMex? Pues simple y sencillamente porque este año, dentro de unos meses, habrá elecciones ahí mero y si se conseguía llevar la inversión a ese estado, se publicitaría como un “logro” de la 4T y ello acarrearía muchos votos a la candidata morenista, Delfina Gómez, ex Secretaria de Educación y quien ha sido acusada de desvío de recursos por más de 500 millones de pesos durante su gestión en el sector educativo.
Tan rotunda fue la negativa presidencial a que Tesla se instalara en Nuevo León, que muchos llegamos a pensar que el capricho del inquilino de Palacio Nacional se haría realidad. Porque la negativa iba acompañada de la amenaza de que si se insistía en el proyecto original, no se autorizaría absolutamente nada. Así de drástica estaba la amenaza.
Pero la respuesta del empresario sudafricano puso en su lugar a todos y cada uno de los detractores, empezando por el presidente: “Si no es en Nuevo León, nos vamos a otro país, por ejemplo Indonesia, en donde no tendríamos ningún problema”.
El “revire” de Elion Musk fue contundente. A menos de dos días de que AMLO había dicho su último NO, surgió un SÍ a Tesla en Nuevo León. El presidente presumió incluso que había hablado con Musk acerca de la posibilidad de instalar alguna otra empresa en el país, en otra región e inclusive dijo que lo había invitado a realizar una gira por el país.
Podría haber titulado este artículo de otra manera. Por ejemplo, “De la soberbia al servilismo” o “De la prepotencia al fracaso”. Pero he preferido utilizar ese término beisbolero, a sabiendas de que Andrés Manuel cojea de esa pata y está visto que, por más colmillo que pueda tener, hubo alguien que lo hizo meter reversa e irse como los “filders”, p’atrás y contra las mallas.
Los aplaudidores gratuitos del aún presidente aúllan de gusto por esto que dicen que es un “gran logro de la 4T”. Esos que aseguran que la decisión de Tesla es “gracias” a AMLO, sufren de “amnesia selectiva”, (si es que existe este término médico) pues nunca registraron esos momentos en que SU “Mesías” dictó sentencia en un NO rotundo y se despertaron hasta que dio el SÍ… Pero muchos de quienes sí registraron todo eso, expresan su opinión de una manera muy singular: “Tesla pelaste AMLO”.

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