dom. Dic 22nd, 2024

Gerson Gómez

Dista enormidad de cualquier apóstol de la democracia. Lo suyo fue ocurrencias. Dos tres liberales de buen calado. Ideólogo de los masones. Nació en punto de la segregación de castas. Benito Juárez, a quien le llaman el Benemérito de las Américas, pasó gran parte de su vida a salto de mata. Ocupado en imprimir papel moneda. Trashumante despreciado en el norte del país. Tuvo la ventaja de un ejército férreo y fiel. Las clases bajas identificadas a su figura menuda. Algunos de sus textos, homilías lustradas por sus secretarios particulares. Si hubiera podido vender lo comisionado a los Estados Unidos de América, superaría las traiciones de su alteza Serenísima, Antonio López de Santana. Juárez ha pasado a ser decorado de color verde Hulk. Estatuas por millares con su cabeza totémica. Maestro de grado 33 en el culto nacional mexicano. No es poco decir. Hasta ahora, nadie ha logrado ninguna de sus hazañas de supervivencia con todo en contra. Juárez no es mestizo, como la mayoría de los nacionales. Representa al México profundo. No solo a las 500 municipalidades de Oaxaca. Es el estigmatizado por la volatilidad de la época. Quien se opuso y cortó de tajo los privilegios de tierras muertas en manos de la Iglesia. Por eso su excomunión sin estarlo. Presidente o dictador. Muerte natural por angina de pecho o envenenado. Solo una prueba DNA nos daría la respuesta correcta. Pero eso no será así. Disfrute la primavera. La llegada de las alergias al polen, las partículas suspendidas y la efímera enseñanza, de un héroe supervalorado. sonico2@hotmail.com

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