Gerson Gómez
Inauditables. La caja grande para el saqueo hormiga de la ciudad. La morralla de la bolsa. Desde el escándalo en el trienio de Adalberto Madero, panista convertido en Movimiento Ciudadano, no se ha cambiado la tarifa. Tienen razón. Ajustar de acuerdo con la inflación. Cambiar los equipos dañados y los secuestrados por los vendedores ambulantes en el primer cuadro de la ciudad. Luis Donaldo Colosio, alcalde de Monterrey, ha descubierto el botín para obtener ingresos para cualquier candidatura del tamaño del senado, la gubernatura, pero jamás, nunca, por la presidencia mexicana. Concursar las actualizaciones o ceder a una empresa a modo, rebasa sus atribuciones de función e incluso su tiempo al frente del gobierno. Tampoco desincentivara el uso del automóvil en las ya saturadas calles. El auto es un mal necesario. A toda hora y a la lejanía del hogar con el centro de empleo. Recalcamos, el sonorense de nacimiento, Colosio Riojas, ya demuestra la verdadera ansia por conservar el poder a costa del ciudadano. Al apretar las cuotas, los costes y las invenciones de sus ideales tan extravagantes. El gobierno de Luis Donaldo luce como agencia de colocaciones de sus amigos, mentores y de quienes le rinden pleitesía. Observe a sus secretarios y directores. La pasan de lujo. Con horarios flexibles, salidas de viaje en asuntos personales y un muy marcado aroma de nuevas masculinidades afectivas. Luis Donaldo ya encontró la cueva de los 40 ladrones. Su cabildo le dirá ábrete Sésamo. sonico2@hotmail.com