dom. Dic 22nd, 2024

Por Salvador Hernández LANDEROS

Llovió y sigue lloviendo. A quién vamos a dar gracias, de rodillas o hincados. A Dios, a la naturaleza o al dios Tlaloc. A López Obrador o a Samuel García.

Cada quién con su FE, religión o ambientalismo, debemos agradecer y de paso pedir que las lluvias continúen y se prolonguen durante más días y noches.

Que llueva y las presas recuperen su máximo nivel para no padecer la falta de ese vital líquido, como en el año pasado que tanto afectó a la población.

La lluvia es gratis, el agua la manda Dios y el gobierno tiene obligación de potabilizarla, entubarla y suministrarla. Además, atender las fugas externas.

Que llueva en Monterrey y su área metropolitana es noticia positiva. Refresca el clima, Ayuda contra la contaminación y favorece la reforestación.

La lluvia es de beneficios. Nada de andar echando que “por culpa de la lluvia se registraron más choques de vehículos automotrices que en días normales”.

Tampoco se valen expresiones como las que oímos en la zona peatonal de Morelos. “Aquí resguardándonos de la pinche lluvia que no nos deja vender”.

Cambien de canal si en las telenoticias dicen: “En tal parte de la ciudad llovió tanto que el agua arrasó basura acumulada y se taparon las alcantarillas”.

No se agüite si está lloviendo y que por eso “no puede salir con su “morra” y tendrá que esperar mejor día”. Al contrario, habrá agua para ir bien bañado.

No crea la publicidad pagada por Samuel García en las televisoras diciendo: “nuestro plan de bombardeo de nubes ayudó”, Esta lluvia es naturalita.

Tápese ojos y oídos si aparece en la tele López Obrador porque va a salir conque “tiene otros datos y a los de Nuevo León ya les arreglamos el problema del agua”.

chavalolanderos@yahoo.com.mx

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