La canciller alemana, Angela Merkel, trató de sacar hierro este lunes a las especulaciones desatadas sobre su estado de salud por el visible temblor de manos y piernas que sufrió mientras recibía al presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, de visita de trabajo en Berlín.
La canciller alemana, Angela
Merkel, trató de sacar hierro este lunes a las especulaciones desatadas sobre
su estado de salud por el visible temblor de manos y piernas que sufrió
mientras recibía al presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, de visita de
trabajo en Berlín.
“Estoy bien, me he bebido al menos tres vasos
de agua, que parece que me faltaban, ahora me siento de nuevo bien”, dijo
la canciller al ser preguntada por esa cuestión en una comparecencia conjunta
con Zelenski, posterior al encuentro mantenido en Cancillería.
La líder alemana atribuyó así a un supuesto
problema de deshidratación el temblor, mientras dirigía una sonrisa a Zelenski,
quien a su vez apuntó, en tono jovial que había visto a la canciller “muy
segura”.
Las imágenes de la canciller bajo el sol, con
signos de debilidad física y sujetándose repetidamente las manos para tratar de
calmar el temblor, durante aproximadamente medio minuto y mientras sonaba el
himno alemán, se convirtieron rápidamente en objeto de comentarios en los
medios alemanes.
Merkel, quien el próximo 17
de julio cumplirá 65 años, llegó al poder en 2005 y fue reelegida para un
cuarto mandato tras las elecciones generales del pasado 2017.
El pasado octubre, tras una serie de derrotas de
su bloque conservador en comicios regionales, anunció que no optará a un nuevo
mandato tras la presente legislatura, que previsiblemente acabará en 2021, y
organizó su relevo como líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) tras 18 años
al frente del partido.
En diciembre del año pasado fue elegida para la
jefatura del partido Annegret Kramp-Karrenbauer, leal a la línea de Merkel aunque
con un perfil más derechista que ésta.
Esta retirada gradual precipitó los rumores de un
final abrupto de la legislatura, aunque hasta ahora Merkel ha insistido, cada
vez que se le ha preguntado, que su propósito es agotar su mandato.
Asimismo ha afirmado reiteradamente que, tras
retirarse de la Cancillería, no pretenderá asumir ningún otro cargo político,
ni a escala alemana o europea.
A AKK -como se denomina en Alemania a su sucesora-
no la favorecen los sondeos, que la sitúan muy por debajo en cuanto a la
valoración ciudadana, ni está suficientemente consolidada como líder del
partido.
Desde hace semanas, los sondeos de intención de
voto colocan al bloque conservador de Merkel por debajo de los Verdes, a los
que se pronostica se convertirían en primera fuerza en Alemania en caso de
celebrarse ahora elecciones anticipadas.
El líder de los Verdes Robert Habeck -quien
comparte la presidencia de esa formación con Annalena Baerbock- supera hoy
claramente en la valoración de los alemanes a AKK.
Al desgaste del bloque de Merkel se une la
situación dramática de su socio de coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD),
que se encuentra bajo mínimos en los sondeos.