vie. Jul 26th, 2024

*Activista por la democracia y las buenas causas

*Acepta el reto, pero asegura no sería un virrey

David Casas

Monterrey, N.L-  Herminio Gómez Rangel es un luchador social, defensor de la democracia, a sus 84 años se siente con la fuerza física y mental para buscar la presidencia de Morena en Nuevo León.

Por casi 35 años cada domingo asiste a la Tribuna Libre por México, ubicada en el parque hundido de la Macroplaza y desde ahí, defiende las mejores causas con el “Movimiento Constitucional Mexicano” que preside.

Por años fue militante del PAN, “cuando era decente”, dice, partido del que emigró cuando se descompuso, se desvió de sus objetivos de democracia y hasta le impidió ser líder estatal y candidato a la alcaldía de Monterrey.

En 1988 del primero de enero al 25 de marzo realizó una caminata de frontera a frontera, de sur a norte para pedir a los mexicanos acudieran a votar, que lo hicieran por quien quisieran pero que fueran a las urnas.

Meses antes de las elecciones estatales de Nuevo León siguió al entonces presidente Miguel de la Madrid, por España, Francia, Inglaterra y Holanda para pedirle que sacara las manos del proceso y que hubiera elecciones limpias.

“Me someto a las reglas, me adapto a las formas, pero si aseguro que no seré un vierrey si ganó la elección, yo no tengo padrinos”, explica Gómez Rangel.

Eso sí, adelanta, “no aceptaré presiones de nadie, no lo hago por negocio, ni dinero. A mí nadie me va a ofrecer dinero ni venderé candidaturas. Solo se compra quien está en venta, yo no lo estoy”, aclara.

La elección de Morena es en noviembre del presente año y afirma que su campaña no la fincará en desprestigiar al resto de los aspirantes y sobre sus posibilidades de triunfo manifiesta: “son las mismas de todos, tengo historia, soy un activista probado, me conocen, mucha gente me apoya”.

Dice que le gustan los retos y el ser presidente de Morena es uno de ellos; el partido no tiene estructura, hay mucho trabajo para hacer, crear los 51 comités municipales. “Un partido nuevo no tiene por qué heredar los vicios de otros”, apunta.

A sus 84 años se siente bien de salud, sigue trabajando en la venta de seguros, manejando su auto, tomando café con los amigos, leyendo, porque “cuando dejas de tener un objetivo por el que luchar empiezas a morir”.

“Si no hay retos, entonces que estoy haciendo aquí, que Morena sea mi último clavo y entonces sí, adiós a las armas”.

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