Por Salvador Hernández LANDEROS
En política nunca se deja de aprender. En ella hay de todo. Tienen razón quienes
dicen que, en eso, “hasta el más chimuelo, masca rieles”.
En una reunión, un funcionario estatal, con unos 20 años en la burocracia,
comentaba sobre lo que está sucediendo al gobernador Jaime Rodríguez.
Cuando lo cuestionaban, algunas de sus respuestas sorprendieron. “Y es que
ustedes lo ven desde afuera, pero los burócratas estamos dentro de.
De entrada, el funcionario dijo: “El ingeniero Jaime, es más amigo que
Gobernador, pero esos amigos ya no son amigos. Ahora son cómplices”.
Para defenderlo alguien dijo que lo de bronco era por algo. “Deja lo bronco,
lo ciego es el problema, Y el que por su gusto es, lo es”, respondió
“Miren, dijo. Nuestro dirigente y otros le han picado los ojos desde el inicio
de la administración. Él está comprometido con Nati y con Rodrigo”.
¿A poco no saben que, a su hijo, Nati lo hizo diputado y luego Rodrigo lo
metió con Adrián en Monterrey como secretario del Ayuntamiento?
“Luego, durante dos años, se manejó que estaba enfermo de cáncer, lo cual
al parecer no fue cierto, pues ahora otra vez quiere ampliar su manato”.
“Como el gobernador anda de capa caída, dijo, quiere poner a la burocracia
estatal del lado de Adrián de la Garza en el 2021”.
“Y lo qué quiere es que le regresen la copa. Su tirada es que su otro hijo, que
tiene en el sindicato, sea él quien lo sustituya en el 2022”. Así de fácil.
Uno mas terció y se dijo sorprendido por la perversidad del dirigente y el
burócrata lo aplacó. “No es perverso, es ambicioso”. Y el ciego también…
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