mié. Dic 11th, 2024

Pedro García Treviño

Vicente Janssen vino a recalar en la Liguilla y, como buen toro receloso de sus terrenos, ha impuesto sus querencias en el torneo corto instalándose en el nuevo ídolo de la fanaticada regiomontana y como un jugador de calidad, reconocido por el promedio de los conocedores del fútbol mexicano.

“El Toro” holandés ha tomado la estafeta del tigre Gignac toda vez de sus actuaciones conmocionantes en los cuartos de final y todo augura a que continuará brindando alegrías a la afición de Rayados que ha experimentado amargas frustraciones por las cuales ya no aceptan más suplemento que el título. Imaginemos lo que sería si el viejo equipo local destaca en el Mundial de Clubes.

El francés ha salido de los elencos estelares de la Liguilla no sin antes dejar su sello goleador lo mismo que su admirable vergüenza profesional, tratando de rescatar, sin éxito, el pase a la semifinal ante el América.

El equipo de “El Piojo” hizo lo indicado, presionar la estrategia geométrica del señor Ferreti cuyos jugadores no pudieron imponer la categoría del partido de ida.

Los americanistas no permitieron el respiro a los pupilos de ¡cagajo!, jugaron sin complacencias de principio a fin y si bien Tigres los tuvo en la mira, un “nagüelazo” echó a perder las posibilidades postreras en el estadio Universitario.

Pero así se fraguan las historias épicas, sean de victoria o derrota. La posibilidad del drama siempre está latente en toda contienda.

En otra entrega editorial, decíamos que Rayados debía aprender de Tigres en el sentido de tener paciencia y ser constantes.

Hoy es el turno de un probable título para Monterrey. Ojalá.

Por Admin

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