Por Salvador Hernández LANDEROS
La violencia y el maltrato hacia la mujer por parte del hombre, no es de hoy,
es ancestral. Desde tiempos de La Malinche y Sor Juana Inés de la Cruz.
Pese a los siglos transcurridos siguen vigentes los versos de “Hombres necios
que acusáis a la mujer”: (Porqué queréis que obren bien si las incitáis al mal).
Sor Juana Inés de la Cruz, fallecida hace más de 300 años, padeció la misoginia.
Una feminista que luchó por la integridad del valor y la virtud de la mujer.
Por su parte, La Malinche, fue una veracruzana que sólo vivió 27 años, pues
murió en 1527. A los 19 años, fue dada como tributo a los españoles.
La historia machista la ha denostado porque fue intérprete, consejera e
intermediaria de Hernán Cortés, de quien fue pareja y con él procreó un hijo.
Ya han pasado más de 500 años y el maltrato, el acoso, la discriminación,
marginación, segregación y utilización de la mujer, aún persiste.
No hay cifras oficiales para un soporte, pero imaginemos cuántas mujeres
han muerto víctimas de la violencia por el hombre en más de cinco siglos.
La misoginia no es particular de México. La hay en los cinco continentes. Las
estadísticas se elevan en los países árabes y asiáticos. No es consuelo, conste.
Como civilización es lamentable que sea la mujer quien tiene que tomar las
calles para exigir respeto a su género y freno a la violencia contra ellas.
El hombre debe entender que en su familia y su entorno social hay una mujer.
Hay amiga, amante, esposa, hija y madre, aunque algunos no la tienen.
Acaso no hay hombres que convoquen a una marcha masculina. Disculparse y
apoyar el “9 ninguna se mueve”. Quién es tan macho que diga, “Yo mero”.
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