Salvador Hernández LANDEROS
Con apetito voraz, igual que el Covid-19, el lucro comercial llegó y se propagó en el Estado sin que las autoridades instaran a la Profeco para evitarlo.
Al conocerse la pandemia por el corona virus y sus previsiones, los habitantes, de Nuevo León, se volcaron a los comercios y agotaron los insumos.
Los comerciantes, al iniciar marzo hicieron su agosto. Lo que costaba 10 pesos se incrementó a 90, hasta agotar la existencia y vaciaron sus anaqueles.
El gobierno, en sus 3 niveles, implementaron acciones sanitarias preventivas. Mucha higiene y cuarentena para los trabajadores y estudiantes.
El gobierno federal, en su programa de apoyo económico de 68 y más, adelantó un mes. El gobierno estatal pagará hoy dos quincenas. La de marzo y abril. Esto con el propósito de que se cuente con el recurso económico para adquirir alimentos y se queden en sus casas y evitar los contagios.
También anuncian medidas paliativas cuidando la economía doméstica en el pago del uso de servicios como la luz, el agua, PERO EN EL GAS NO.
La dádiva municipal. Cristina, se sintió dueña de los dineros del pueblo. Adrián dio tinas con productos higiénicos. Los demás alcaldes, andan perdidos. No pretendemos alarmar ni llegar a los extremos. Los adelantos económicos se consumirán. Hay quienes ni adelanto ni empleo fijo. ¿Qué van a consumir? Sin incitar a un delito, individual o colectivo, “el hambre es canijo”. ¿Están las autoridades preparadas para evitar el saqueo de comestibles?
A principios del 2017, en una protesta, en Palacio de Gobierno se destrozaron los vitrales y saquearon tiendas electrodomésticas. Fueron actos vandálicos.
Hoy, que se inicia un mes decisivo, no serían eso. A lo mejor, por hambre. chavalolanderos@yahoo.com,mx