Por Salvador Hernández LANDEROS
Cuál será la diferencia para Monseñor Rogelio Cabrera, entre el Senador
Samuel García y el ciudadano “Juan Pueblo”, un ferviente creyente de Dios.
Sea cual sea, Samuel García es muy suertudo. Su boda religiosa, que sería el 19
de mayo, se la adelantaron dos meses, en la mera Catedral y en viernes.
Él se casó por lo Civil el 14 de marzo en un hotel de San Pedro y su fotografía
la publicó El Norte al siguiente día, en la página cuatro de la sección local.
De hecho, el viernes 13 de marzo, ese medio publicó declaraciones de Cabrera
López en las que sugería oficiar misas al exterior, entreviendo su suspensión.
Por ello mismo el presbítero César Gerardo Méndez Ayala, coordinador de la
Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Monterrey, circuló un comunicado.
En él dijo que, siguiendo la exhortación del Santo Padre, el arzobispo Rogelio
Cabrera López, decidió SUSPENDER la celebración pública de la Santa Misa.
Así mismo, “cualquier otra actividad PASTORAL O FORMATIVA en nuestra
Iglesia local, a partir del 17 de marzo de este año y hasta nuevo aviso”. Adjunto.
Entendemos como FORMATIVA, las bodas, bautizos, confirmaciones, primera
comunión, misas de cuerpo presente y otras en que participa la grey católica.
Pero en días subsecuentes, Monseñor Cabrera López, reculó y comunicó que sí
se celebrarían bodas, ellas con un máximo de 15 asistentes y ya establecidas.
Por familiares y amistades supimos la posposición de eventos, principalmente
en bodas que se celebrarían en viernes o sábados, preferentemente.
Como haya sido, hay dudas. Porqué Cabrera López no respetó su comunicado
y qué “milagro” operó para que el Senador García cambiara la fecha de su boda.
Chavalolanderos@yahoo.com.mx