Por Salvador Hernández LANDEROS
En NL hay plena confianza de que el secretario de Salud, Manuel de la O, no
está ocultando las cifras de contagios ni defunciones por causa del Covid-19.
Él sabe y dice: “Con la salud no se juega”. Ocultar cifras no es ético y aportaría
leña para quemar con fuego al Gobernador, cuyo cargo aún está en juego.
Ante esta pandemia no se vale el engaño de las cifras. Contagios y pérdida de
vidas no se pueden ocultar, porque ello sería causa de mayores riesgos.
En otros países hay bases para asegurar que se ocultaron las cifras. Ello
contribuyó para que la sociedad misma se confiara y relajara su protección.
El contagiarnos no es culpa del gobernador ni del secretario de Salud. En todo
caso, la culpa será nuestra si no acatamos las medias sanitarias impuestas.
La responsabilidad de Jaime y Manuel, el doctor, es coordinar todos los
servicios de salud disponibles y proporcionar apoyos a quien los requiera.
De la O Cavazos ha dicho que él es médico y, aunque ha tenido deslices, asegura
que no es político. Bien, ejercer la profesión con ética, dignifica la política.
Las cifras son reales en contagios y muertos. Si se incrementan, el Estado
sólo habrá de sumarlas. ¿Y los culpables? Están con nosotros en la casa.
chavalolanderos@yahoo.com.mx