En una orden ejecutiva sin precedentes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cerró efectivamente la mayor parte de la inmigración a los Estados Unidos, con el argumento de que la medida protegerá a la nación del “enemigo invisible” y ayudará a los estadounidenses a asegurar empleos en medio de un aumento masivo en el desempleo.
El movimiento encaja con su enfoque restrictivo de larga data a las fronteras de Estados Unidos, y algunos expertos temen que pueda ser difícil de deshacer si Trump quiere que continúe indefinidamente.
La orden sólo se aplicará a las personas que buscan la residencia permanente y se extenderá por los siguientes dos meses; no incluye a aquellos que ingresan de manera temporal, dijo el presidente esta tarde, en su conferencia de prensa diaria.
Tal política “preservaría recursos vitales para los ciudadanos estadounidenses”, agregó, al dar más detalles de la política.
Los altos funcionarios y abogados de la Casa Blanca se apresuraron este martes a resolver las implicaciones logísticas y legales de la proclamación que hizo Trump en Twitter la noche de ayer, para que el magnate pudiera oficializar hoy su decisión.