Por Salvador Hernández LANDEROS
Combatir los contagios del Covid-19 no sólo es responsabilidad de las autoridades de Salud. Tampoco del personal médico de los hospitales.
El gobierno tiene la obligación de alertar y diseñar estrategias para atender y facilitar la movilidad de la población y el acceso a la atención médica.
Ya llevamos casi ocho meses desde que se dio la alerta del Covida-19 y de cuáles serían sus repercusiones y alcances que podría haber en todo el mundo.
En los primeros 4 días de marzo, aquí en NL, se dio a conocer que teníamos tres de los 38 casos sospechosos de coronavirus que existían a nivel nacional.
En todos estos meses transcurridos, tal parece que aún no hemos aprendido la lección. No hemos hecho lo que nos correspondía hacer con responsabilidad.
Actualmente estamos padeciendo las funestas consecuencias de la propagación comunitaria, misma que es la más difícil de contener y todo por irresponsables.
El coronavirus todavía tiene mucho espacio para contaminar, mientras, nosotros insistimos en volver a la normalidad sin cumplir con las precauciones sanitarias.
Los contagios han vuelto a subir porque muchos ciudadanos ignoran las normas de salud pública, mantener sana distancia y llevar puesto el cubre-bocas.
Hagamos lo nuestro. Hagamos las cosas con orden. Entre los centenares de aficionados al futbol que se desplazaron a Mazatlán, hay un potencial de riesgo.
Seamos civilizados. Combatir los contagios en fiestas y reuniones, no es cosa de policías, es cuestión de orden y responsabilidad de toda la sociedad.
A partir del próximo lunes, solo 30 días nos separarán del mes más sentido por la humanidad. Reflexionemos para estar aquí y orar por nuestros muertos.