Por Salvador Hernández LANDEROS
En los próximos días vamos alcanzar en nuestra entidad la cifra de cinco mil decesos atribuidos al virus identificado en el mundo como el Covid-19.
Desde hace siete meses leemos, vemos y escuchamos a diario al doctor Manuel de la O Cavazos, dando explicaciones y exhortos para prevenir ese mal.
La autoridad, con yerros y aciertos cumple con su función. La deficiencia en la estructura hospitalaria y de salud, cobra la cuenta de esa ineficacia.
El sector oficial a tenido bajas entre el personal de Salud contagiado por víctimas. También la irresponsabilidad ciudadana abatió a policías.
Serán cinco mil las víctimas de esa pandemia y si buscáramos culpables de tantas muertes, lo más probable, es que no habría quien cerrara la puerta.
Si estos decesos por el Covid-19 los comparamos con otros ocurridos por la violencia, la drogadicción, la imprudencia, el virus saldría bien librado.
Hay miles de muertos entre feminicidios, homicidios, ejecutados, secuestrados. Atropellados, choques entre vehículos y accidentes laborales.
Siendo honestos, el secretario de Salud ha salido a dar la cara ante la población por las víctimas, tanto muertos como hospitalizados por el coronavirus.
En cambio, el Fiscal Gustavo Adolfo Guerrero, el Secretario de Seguridad, Aldo Fasci y sus similares municipales, “hacen como que la virgen les habla”.
En verdad, si buscamos a quien culpar por lo que estamos padeciendo, no hallaríamos a quien responsabilizar, porque todos somos culpables.
Si usáramos cubrebocas, guardáramos distancia con orden, si no manejáramos borrachos, si no le entráramos a la mota o pastas, otra cosa sería.
Y si quienes escribimos no gerundiáramos, también sería mejor. ¿Estamos?