Por Salvador Hernández LANDEROS
El viciado sistema político mexicano ha venido prostituyendo los procesos electorales, permitiendo un floreciente negocio de alianzas mercenarias.
Anteriormente, las preferencias políticas era una lucha de valores ideológicos, inclusive de motivaciones religiosas, mismas que ya desaparecieron.
Para el proceso electoral del 2021participarán doce Partidos políticos, que, en su mayoría podrían considerarse negocios de familia o franquicias.
El proceso del 2021 será una lucha por el poder, beneficio económico que se pueda obtener o el interés personal, con poca o nula consideración ideológica.
Con mayor estructura y afiliados son el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional, ambos más de 50 años de participación política.
Le siguen Movimiento de Regeneración Nacional, Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano y Verde Ecologista.
El PES tiene nuevo nombre. Encuentro Solidario. El PANAL aparecerá en las boletas electorales como Grupo Social Promotor por México.
Mientras tanto, Redes Sociales Progresistas, Fuerza Social por México y Fundación Alternativa, debutarán en este proceso, en alianza o coalición.
La partida global destinada a las prerrogativas para los partidos políticos asciende a más de $7 mil millones, con un padrón electoral de 93 millones.
Los mandones en el recurso son PAN, MORENA y PRI. Los minoría estarán prestos para hacer alianza o coalición con el postor que más les beneficie.
El nulo trabajo de los partidos con la gente, causa que en elecciones salgan los mercenarios a bailar. O como dice el dicho: “With money the dog dances”