sáb. Mar 15th, 2025

Arnulfo Vigil

En un ambiente ciento por ciento familiar, con todas las medidas pertinentes por la pandemia, se llevó a cabo, en las instalaciones de Oficio Ediciones, la prestación del libro Arriba los rudos de la escritora y luchadora profesional Ana Lidia Martínez, quien estuvo acompañada por el historiador Andrés Pérez Sustaita y el escritor y periodista Arnulfo Vigil, quienes reconocieron el trabajo por cubrir aspectos sociales, literarios e históricos de la lucha libre mexicana.

    En el evento se dieron cita el promotor de lucha libre Guillermo Gómez de la Rosa, popularmente conocido como “El bombón de chocolate”, la suculenta luchadora y prestadora de televisión Diana La Cazadora, el afamado réferi “El Zorrillo”, el fotógrafo y diseñador gráfico Rogelio Fokko Ojeda, la activista social Rocío Montalvo, quienes haciendo un gran esfuerzo de concentración apreciaron la presentación.

    Momentos antes, y como un entremés ante del platillo fuerte, se presentó un sketch, tipo teatro Blanquita con Fufurufo y Mirto, a cargo de la compañía teatral Teatro Teatro, encabezada por Alan Huerta quien caracterizó a Dios creando la lucha libre mexicana porque “para lo único que son buenos los mexicanos es para la lucha libre”, parló. 

    En su participación Alan contó con la presencia de Chelsie, la pug mascota de Oficio, quien se situó al lado de Huerta para lanzar unos tiernos y melodiosos ladridos cada vez que el actor profería sus diálogos. En el mencionado sketch participaron la sensual Ivonne y la escultural Diana la Cazadora haciendo el papel de esposas de luchadores.

    También se contó con la participación de los bardos Valdivia Esparadrapo y el músico poeta Jaime Arreola, quienes desgranaron un repertorio de melodías mexicanas, amenizando el ambiente.

    El libro de Ana Lidia Martínez, quien lucha con el personaje de Yezca, tanto en la Arena México como en otras arenas del país, plantea el papel de los luchadores como los héroes mexicanos, que en la literatura se humanizan. Asimismo registra momentos históricos de la lucha libre, desde el presidente Porfirio Díaz, hasta el regente de hierro Uruchurtu, quien prohibió la lucha de mujeres.           

    El libro es importante por dos valores: lo escribe una mujer, y lo escribe una mujer luchadora. Es, pues, un punto de vista original y simbólico. Así, convierte el espectáculo de la lucha libre en un elemento característico de la cultura mexicana, reflejada en obras literarias, pintura, teatro y por supuesto cine. 

    La velada cultural transcurrió en un ambiente de alegría y amistad. Y al final se remató en una opípara cena cuyo menú todos imaginaron compuesto por pechugas de perdiz horneadas con arándanos, gotas de miel de maple, setas parisinas y jambas con almendras, acompañado de vino tinto cosecha 1981 de La Rioja, pero que en realidad fue carne asada de El Texanito y cerveza Tecate light. 

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