El Pacto de Palacio Nacional
Por: Francisco J. Peña Medina
A sabiendas de que no tenían posibilidades de obtener la candidatura a la gubernatura de Nuevo León por MORENA, frente a una sólida y poderosa adversaria, en la figura de Clara Luz Flores Carrales, los ex priistas Rafael Zarazua Olvera y Mario Fernández Quiroga; el catedrático con residencia en USA, Fernando “El Loco” Abrego y de última hora la enigmática Idalia Platas, terminaron por aferrararse a una aventura a todas luces fallida.
Luego de los gritos y sombrerazos protagonizados por un grupo reducido de morenistas encabezados por la dirigente estatal del partido Bertha Puga y la diputada local Celia Alonso, tratando de evitar que la ex alcaldesa de Escobedo fuera admitida en el Movimiento de Regeneración Nacional, su lucha fue efímera y los resultados nulos.
Días después muy modositos y bien portados Flores, Zarazua, Fernández, Ábrego y más tarde Platas, presentaron su registro como aspirantes a gobernar el Estado bajo el compromiso de no gritar fault y mostrarse respetuosos cuando se den a conocer los resultados de la encuesta.
A partir de entonces, Rafa Zarazua inicio una campaña harto sosa en sus redes sociales y de poco impacto mediático, muy similar a la que realizó también el empresario constructor Mario Fernández, que no despertaron interés público, tampoco entre los militantes y simpatizantes de MORENA en la entidad.
Muy a su estilo, Fernando Abrego fue más estridente, aunque hizo mucho ruido y quebró pocas nueces. Lo más que pudo presumir fue la presencia de 120 seguidores que amoscados escucharon su “discurso incendiario” en un evento en el que se atrevió a gritar desquiciado: “¡Está convocatoria no la tiene ni Biden!” y presentarse como el auténtico candidato de la militancia.
A Idalia Platas, la aguerrida activista regiomontana, se le vio muy desesperada ordenandole a quien la oyera que promoviera su imágen como la próxima gobernadora del estado, pero además, vendio la falsa percepción de que contaba con el apoyo directo y total del presidente Andrés Manuel López Obrador. Solo ella se lo creyó y terminó desinflada.
A pesar de todo, Rafa, Mario y Fernando tendrán su premio de consolación por haber participado y en el Pacto de Palacio Nacional les tienen asegurada una diputación federal por la vía plurinominal. Ellos saben si la toman o la desprecian. Lo de Idalia es impredecible.
Era secreto a voces, que la senda de Clara Luz ya estaba trasada desde que en febrero renunció al PRI y se convirtió en la virtual candidata, desde el poder central, para la gubernatura de Nuevo León. Así será.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.