mar. Abr 29th, 2025

Por: Antonio Sánchez R.

Buen triunfo, peeero…

Los Tigres de Cemex abrieron su participación en el Mundial de Clubes de Qatar con una victoria, los cual los lleva así, de golpe y porrazo, a la semifinal de dicho torneo, al que, la mera verdad, le encuentro algunas fallas o lagunas, además de situaciones inexplicables, como el hecho de que dos equipos lleguen directo a la semifinal, mientras los otros dos semifinalistas tienen qué pasar por un partido eliminatorio previo.

Ante inconsistencias de esta naturaleza se cae en la tentación de calificar a esta “competencia” con el adjetivo de “copa molera”, de esas que se arman simplemente para acarrear dólares, avalado por una devaluada institución como la FIFA, que en los últimos años ha sido invadida por el cáncer de la corrupción.

Pero lo que menos importa en estos momentos son los “por qué” y más bien debemos ocuparnos del “qué” y en este sentido les diremos que gracias a ese triunfo obtenido a costillas del equipo coreano Ulsan Hyundai, por marcador de 2-1, la escuadra dirigida por Ricardo “Tuca” Ferreti ha conseguido lo que ya la mayoría de los equipos mexicanos han logrado: pasar a la siguiente fase.

Como dirían por ahí: “les tengo dos noticias, una buena y una mala. La buena es que se ganó y pasaron a semifinales. La mala es que van contra Palmeiras, campeón de la Libertadores y uno de los mejores equipos de Brasil, un histórico brasileño que no es ningún flan y ante el cual, si quieren en verdad hacer historia, deberán mostrar mucho más de lo que se vio ante el Ulsan Hyundai”.

Y es que con la “borrachera” del triunfo y la vuelta a treparse a la nube de la soberbia, muchos aficionados no han reparado en que, sí, se ganó, pero ante quién y cómo. No demeritamos para nada al equipo coreano, pero la verdad, no mostró mucho y con eso poco mantuvo a raya a los “incomparables” durante todo el encuentro. Se presume de un 60 por ciento de “posesión” del balón. ¡Un 60 por ciento!, o sea que un equipo que es inferior tuvo el 40 por ciento, esto es que casi estuvo parejo.

Los tres goles del partido cayeron a pelota parada, dos en tiro de esquina y el gol del triunfo felino por la vía del penal, bien marcado por el VAR. Fueron los coreanos los que se pusieron adelante por conducto de Kim Ki Hee, en remate cruzado de cabeza, en tiro de esquina, ante la mala salida del arquero Nahuel “Patán” Guzmán. El empate llegó a los 37, también en tiro de esquina, Diego Reyes recentra y el balón le llega a Gignac, quien sólo colocó el pie derecho para anidar la de gajos en las redes. Y antes de que finalizara la primera parte, en un centro por alto el jugador que había puesto adelante a los asiáticos, Ki Hee, mete el brazo izquierdo y desvía el cabezazo de Gignac que, la verdad, habría llegado a las manos del arquero. Vino la revisión de la jugada y el VAR decretó penal, el cual fue bien ejecutado por el gitano francés.

“Y pare usté de contar”. Ni antes ni después de los goles hubo nada. Dos o tres llegadas de peligro por parte de Tigres y lo mismo del lado coerano. Por cierto que a los Tigres asiáticos les fue invalidado un gol legítimo, por un supuesto fuera de lugar, que les habría dado el empate, con el que se iban a penales. Pero en esta ocasión no hubo revisión del VAR y el árbitro se quedó con la marcación de su juez de línea que, la verdad, falló en esa jugada. Es más, los propios comentaristas de la cadena Fox se dan un tiro en el pie cuando la producción pone la famosa “línea roja” que delimita el fuera de lugar y al ver que el jugador coreano está en buena posición, se aventaron la puntada de decir que “la rodilla está adelante”… Ni la rodilla, ni el hombro, ni el brazo, nada había adelante, pero todo quedó en fuera de lugar.

Así las cosas, los “TucaBoys” pasan, pese al triunfo, prácticamente de “panzazo”, ante un equipo que, sin tener la nómina felina, los mantuvo durante mucho tiempo a raya y aún con el marcador en contra mantuvieron una férrea disciplina mediante la cual impidieron que los de San Nicolás de los Garza incrementaran su ventaja. Nótese que en ningún momento he hecho alusión a la nacionalidad del equipo felino, pues no vaya a ser que Nahuel o Guido piensen que me quiero colgar de sus “logros”, con eso de que ambos dijeron que no acudían al Mundial representando a nadie más que a la institución. ¡Y bolas!, que les cuelgan la bandera mexicana, para que no anduvieran de hocicones.

En fin, así está el abarrote, ya veremos cómo les va a los cementeros nicolaítas en su siguiente compromiso, que será, como ya señalamos, contra un equipo mucho más peligroso y ante el cual deberán realizar un mayor esfuerzo y jugar en verdad al fútbol y no lo que acostumbran. ¡Ah!, y si tienen tele… ¡pues ahí se ven!

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