Las empresas factureras representan un riesgo latente para otras empresas, ya que establecer relaciones comerciales con negocios que se apalancan de estas prácticas puede ser riesgoso para todas las partes involucradas.
Las factureras, como su nombre lo indica, son empresas que emiten facturas de operaciones ficticias, inexistentes o simuladas; éste movimiento sirve para que los negocios que contratan sus servicios puedan aumentar sus gastos de manera falsa y así, reducen el pago de sus impuestos. Este tipo de empresas cobran una comisión por cada factura.
“Asociarse con empresas que utilizan factureras puede afectar a una organización, desde riesgos reputacionales hasta otras actividades ilícitas relacionadas con el lavado de dinero y el crimen organizado. Es importante que las compañías sepan con quién hacen negocios y puedan reducir riesgos”, señala Ricardo Robledo, director general y fundador de Tu Identidad, plataforma especializada en la verificación de identidad.
De acuerdo con el Sistema de Administración Tributaria (SAT), las Empresas que Facturan Operaciones Simuladas (EFOS) cuentan con las siguientes características:
- No tienen con activos, infraestructura física, personal, además que no se les ubica en su domicilio fiscal o lo dejan sin previo aviso.
- Registran montos elevados de facturación y pocos gastos.
- Los socios de la empresa fueron empleados, no se pueden localizar, no declaran impuestos o no cuentan con recursos.
- Su objeto social suele ser amplio.
Para que una empresa pueda desarrollarse y alcanzar su máximo potencial es imprescindible que tenga aliados confiables. De lo contrario, los problemas legales, el riesgo reputacional, la insatisfacción de los clientes y el fraude son riesgos latentes en la relación comercial.