El pasado fin de semana tuve la oportunidad de dar un taller de valores, dirigido a mujeres mayores de edad, solteras, casadas, viudas, separadas, y divorciadas.
Mi enfoque fue trabajar para que se reconocieran como personas únicas, irrepetibles y con muchos talentos, y que se dieran el valor que se merecen.
Empoderarlas en el sentido de recuperar su confianza, seguridad y autoestima. Quién no se conoce, no se ama, no se cuida y tampoco se puede mejorar como persona.
Mi propósito fue ayudarlas a reconocer sus estados de ánimo, sus dificultades y cómo mejorar su calidad de vida.
Es esencial recuperar el valor de la educación en casa. A través del ejemplo de papá y mamá y lo que ellos nos enseñan, se aprende a ser persona, a tener buenos modales, buen comportamiento, educación, valores morales, éticos y religiosos.
Independientemente de lo que vivimos, tenemos la oportunidad de cambiar y mejorar lo que aprendimos de pequeñas, buscando siempre la armonía, unión y equidad entre todos los integrantes de nuestro hogar.
Somos las mamás quienes fomentamos el machismo, al dejar que las tareas de la limpieza en el hogar sean hechas solamente por la mamá o las hijas, mientras que a los hijos se les atiende, se les sirve, se les permite experimentar las situaciones que a una mujer no, por ejemplo, el ir a fiestas, regresar más tarde a casa, tomar alcohol o consumir drogas, tener relaciones sexuales prematuras, etc.
Esto es solo un pequeño ejemplo de todo lo que podemos llegar a permitir en ellos, pero en ellas, no. Estas son las costumbres que debemos de cambiar.
Hoy el tema de vivir con valores, no es algo solo para las mujeres, es importante y necesario que también se refleje en los hombres.
En estos tiempos de decadencia, en este post-modernismo en donde todo es relativo, la verdad es lo que a cada quien le parezca bien, lo bueno es malo y lo malo es bueno, ¡Es urgente poner de moda los valores!
Independientemente de si eres hombre o mujer, podemos conocer y practicar el respeto a uno mismo, a los demás y a la sociedad. Debemos de tener orden en todo lo que hacemos y cumplir con lo que nos comprometemos, vivir la honestidad en nuestras acciones, la fidelidad a nuestras convicciones. Todo esto nos brinda estabilidad emocional. Y por último pero el centro y origen de la práctica de todos los valores; LA FAMILIA, es la base de la sociedad, que en estos tiempos es tan vulnerable, atacada y desacreditada.
Concluí invitándolas a seguir trabajando por amor en defender a su familia. Comentándoles que todas las familias pasamos por crisis, de salud, de trabajo, de relaciones personales, etc., pero que es importante saber pedir ayuda y consejo a quienes nos desean lo mejor y no solamente nos motivan a dividirnos pensando en el egoísmo y la individualidad.
Todos los problemas tienen solución cuando se tiene voluntad y determinación para reconocer y cambiar lo que nos permita convivir en amor, equidad, armonía y respeto. ¡Todos merecemos lo mejor y todos queremos lo mejor!
Luz Maria Ortiz Quintos
Instituto Nacional de Consultoría Familiar AC
