De acuerdo a datos del reporte How Bots Affect Ticketing de Distil Research Lab, 39.9% del tráfico de sitios de venta de boletos a nivel mundial es de bots maliciosos. Lo anterior implica que una muy buena parte de las transacciones en la reservación de lugares en eventos especiales está activamente tomada por software que compra boletos para posteriormente revenderlos en otras páginas.
La situación es compleja para los involucrados. Por un lado, los fanáticos de algún artista quedan frustrados porque no pueden acceder a los boletos que requieren; los artistas terminan estadios con poco aforo y las empresas pueden perder ingresos debido a los fraudes.
“La venta de boletos digitales ha crecido de manera exponencial en años recientes. Se trata de compañías que requieren de un gran servicio, ágil, seguro y confiable para generar tracción entre sus usuarios; pero que al mismo tiempo tienen un alto grado de vulnerabilidad ante amenazas, particularmente aquellas que implican el uso de datos de procedencia ilícita”, explica Ricardo Robledo, director general y fundador de Tu Identidad, plataforma especializada en validación de identidad de empresas y usuarios.
En México, los niveles de afluencia a conciertos y eventos deportivos es enorme. Durante el fin de semana de Fórmula 1 en la Ciudad de México, por ejemplo, el Autódromo Hermanos Rodríguez recibe más de 371,000 espectadores. Igualmente, el Festival Vive Latino alcanza audiencias superiores a 150,000 personas. O conciertos históricos, como el de Michael Jackson, lograron tener más de 110,000 asistentes al Estadio Azteca en una sola noche.
Sin importar el nivel de convocatoria de un evento, estas compañías requieren de servicios impecables que les garanticen que cada venta se hace con total seguridad y que la información del comprador es real. Para ello, es necesario que se establezcan procesos y mecanismos de autenticación de identidad, para asegurarse que, de hecho, hay una persona detrás de una compra y no solamente un bot ocupando el lugar de un potencial cliente.
“Los riesgos de fraude o suplantación de identidad en internet son constantes. Y la validación de identidad tiene un alto valor para cualquier empresa que preste servicios con entrada reservada; es decir, en la que deba haber algún tipo de certeza de que los boletos que se compran serán usados y no revendidos. Peor todavía, cuando se trata de bots cazando lugares. Esto puede llevar a las empresas a tener problemas legales, comerciales o reputacionales”, agrega Robledo.