dom. Jun 29th, 2025

Ixtoc Hinojosa Gándara

De todos es conocido el enfrentamiento que tienen los poderes legislativo y ejecutivo del estado de Nuevo León, es decir, el gobernador y los integrantes de las mayorías en el congreso local. Todo esto se tornó grave ante la parálisis legislativa que ocasiono la falta de incumplimiento de cambios legales por parte del gobernador y su negación a publicar los cambios en diferentes legislaciones, así como las modificaciones en los presupuestos hacia los distintos municipios del estado.
Cabe resaltar algo que se presentó en las pasadas elecciones locales del 2021 y que es un hecho sin precedentes, por lo menos en esta entidad. Con lo mencionado me estoy refiriendo al hecho de que, si bien el partido Movimiento Ciudadano ganó la gubernatura del estado y la presidencia municipal de la capital, también es importante resaltar que no gano la mayoría en ninguna de las veintiséis demarcaciones electorales locales para definir quienes ocuparían las curules en el congreso local. Si, el partido naranja obtuvo diputaciones pero estas fueron de representación proporcional, es decir, no obtuvieron ninguna victoria en los distritos locales.
El que la elección de los distintos poderes en el estado haya sido tan diferenciada se lo debemos al mandato de la población en general y este debe de ser oído a través de sus representantes. Esto obliga a un constante diálogo entre las partes y que desde el inicio de la gestión del gobernador se ha visto truncada debido a sus constantes intentos de aparecer por encima de otro poder.
Como lo mencioné en ediciones pasadas de esta opinión editorial, muchos de los triunfos en su imagen pública, el ejecutivo estatal se los debe al aprovechamiento del medio ambiente de desarrollo industrial y comercial que tiene nuestro estado. Ya no es momento de estar solapando los egos de nadie, el gobierno estatal debe entender la importancia de la creación de un puente de comunicación institucional con los demás poderes del estado.
Samuel, el mandato de la ciudadanía fue muy claro, tienes que sentarte a dialogar y negociar a pesar de que no te guste. Para bien de todos nosotros esta es una de las virtudes de la democracia, el mandato público a dialogar, entiendo que tu ego a veces te lo impida pero hay que entender…
se llama democracia.

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