Clara Villarreal
Del escrito de Alex Myles en 2015. Parte 3 de 3. A los ojos de un empático, lo único que buscaba y buscaba era alguien a quien cuidar, amar y “arreglar” en última instancia. Ahí es donde empieza el problema y esa es la parte más profunda que un empático debe descubrir. No estamos aquí para arreglar a nadie. No podemos arreglar a nadie. Todo el mundo es responsable y capaz de arreglarse a sí mismo, pero sólo lo van a lograr si así lo desean. Cuanto más pueda aprender un empático acerca de la personalidad narcisista, más pronto podrá identificarlos y menos posibilidades tendrá de desarrollar una relación con alguno. Si la relación ya está en marcha, nunca será demasiado tarde para buscar ayuda, comprensión, conocimiento y urgar profundamente en su alma hasta reconocer sus propias fortalezas y capacidades, y hacer todo lo posible para hacerse del valor y la confianza para verlo tal cual es, y alejarse de ahí para siempre. La posibilidad de que un narcisista cambie es altamente improbable, por lo que no debemos sentarnos a esperar que suceda. Si un narcisista quiere cambiar, genial, pero esto nunca debe ocurrir a expensas de nadie más. Ellos no son conscientes de su comportamiento y el daño que causan, y en su juego sacrificarán lo que sea y a quien sea para su propio beneficio, independientemente de lo que sus mentiras bonitas y fantasías dulces traten de susurrar. Un empático es auténtico y está desesperado por vivir fiel al propósito de su alma, y muy probablemente encontrará en toda relación una gran lección, una bala que logró esquivar y un despertar, aunque sea doloroso. Un narcisista tendrá dificultades para tener conexión alguna con su yo auténtico y probablemente se alejará de la relación muy fácilmente una vez que se dé cuenta de que ha perdido su capacidad para controlar al empático. El juego ya no será placentero si su ego deja de ser constantemente acariciado, así que correrá a buscar a su próxima víctima. La capacidad de estos dos tipos de personalidad para unirse de verdad es simplemente imposible. El corazón del narcisista está cerrado, el del empático está abierto, no es más que la receta para un desastre enorme, y no uno muy lindo. Gracias Alex Myles por aportar esta información a quienes necesitan una luz en el camino. Twitter: @claravillarreal