mar. Oct 8th, 2024

Gerson Gómez

Enfermamos en la línea del metro. La supervivencia detrás de las horas de trabajo. Arrastrando los pies. Exhaustos. Aquí van la soldadera. En el carril invisible. Toreando los autos. Detrás de los cristales, el aire acondicionado. Nada se mueve. El monstruo artrópodo compactado. Calientan los motores. El agua circula desde los radiadores. La lentitud de la palabra progreso. En todas las capitales del país las horas pico son a jornada completa. Llevar el sustento a casa, pagar la hipoteca, las colegiaturas, las próximas vacaciones en el puerto o la visita al pueblo tan querido. El circo está lleno de caras tristes. Transeúntes y conductores evaden a los vendedores. La espontaneidad de hacer negocio hasta en el espacio reducido de una idea. El país, si se le puede llamar al conjunto de empresas transnacionales, a las colonias donde solo duermen unas horas una masa amorfa de necesitados. Viva la tristeza. Olviden la alegría. Tomen de la mano al ciego alcalde. Eleven en la rueda de la fortuna a los gobernadores. Alimenten con basura a los suspirantes de la presidencia. Enfermamos los 125 millones de mexicanos. También los otros 15 en el exilio obligado en los Estados Unidos de América. A quienes les dio la espalda nuestro cuenco de la abundancia. Tarde o temprano nos iremos. Hoy y siempre. sonico2@hotmail.com

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