Gerson Gómez
Para el ancho de la generación de la segunda guerra mundial. Los babyboomers en el 2024 elegirán a su último presidente. Serán observadores de los resultados. La economía mundial fracasa. Jumping Jack flash.
Los proyectos de los Estados Unidos de América y Estados Unidos Mexicanos deben ser prioridad. Agendas civiles, humanitarias, salud, crimen organizado y migración.
Ahora los votantes juveniles no entienden la coalición Medusa. Les interesa mucho más el éxito de la película Barbie. Mientras los abuelos con los hijos discuten si la 4T o votar por Movimiento Ciudadano. De plano ni un sufragio para los dinosaurios de siempre.
Electores ambos, representan los extremos de la cuerda. Entretenidos en los grupos de whatsapp polarizan a los docentes por dejar tanta tarea o por gozar demasiadas vacaciones pagadas.
Ninguno de ellos ha emigrado ni siquiera de la colonia. Ni modo. Le bajan al sonido del televisor en la mañanera. Solo encienden la señal y verifican los dolores de artritis.
Sus compañeros activistas, los de la mesa estudiantil en la preparatoria y la universidad, escalaron la maraña burocrática hasta llegar a jefes de departamento.
La revolución les fue haciendo justicia. Ya pronto te toca, fue la cantaleta de siempre. Ahora si viene la política buena. El licenciado trae todas las bendiciones desde México.
En Gringolandia sus primos los animaban para irse para allá. El trabajo es oro. Miles de dólares. Pasarón demócratas, republicanos y hasta llegaron a la luna. Eso sí. Cambiaron de plano sus guerras.
2024 para Norteamérica es la despedida para una generación de ideales.