Cosas del Tony
Por: Antonio Sánchez R.
El problema del desabasto de agua para Monterrey y su área metropolitana es, como dicen por ahí, cuento de nunca acabar, es una bronca en la que está metida la administración estatal hasta el cuello y pareciera que nomás no le encuentran la cuadratura al círculo y, por ende, nos espera otro episodio igual o peor que el año pasado.
Nadie olvida aún la grave situación que se vivió el verano anterior, con esos cortes “programados” que dejaron sin el vital líquido a grandes sectores de la población, mientras se buscaba una solución viable a la etapa de crisis que se estaba presentando y que amenazaba con extenderse de manera indefinida.
Por azares del destino, no por las acciones del gobierno, la bronca terminó y hasta dio pie a promesas en torno a qué tendríamos agua por un mínimo de 15 años y hasta un poco más. Todo mundo pensó que ello sería posible y no pocos casi subieron a un altar el imberbe FosfoGober. Poco duró el gusto, pues la crisis regresó y, al parecer, con mayor fuerza.
Cabe recordar que en ese pasado reciente hubo situaciones un tanto histriónicas, con un mandatario estatal recorriendo algunas partes del estado, “descubriendo” desvíos de agua de los ramales naturales hacia ranchos y propiedades nunca señaladas y, extrañamente, jamás procesadas.
No hubo un solo caso en el que los presuntos “culpables” fuesen llamados a comparecer ante la justicia por delito alguno, pero en cuanto el agua empezó a fluir por las tuberías citadinas de manera normal, todo quedó supuestamente olvidado. Las “fugas”, robos o desvíos de agua quedaron como simple anécdota para chistes o bromas.
De hecho hay un caso en particular que nunca ha sido aclarado y en el que nadie ha dicho “esta boca es mía”: ¿A dónde va a dar el agua que diariamente y sin parar cae de la cascada del popular paseo de la “Cola de Caballo”. Principal surtidor de la Presa La Boca, ha dejado de serlo, pues existen unas bombas que sirven para desviar esa agua, sin que se sepa a dónde va a parar
Pero a la vuelta de un año, el problema resurge y, al parecer, con mayor fuerza. Ya hay amplios sectores del área metropolitana que están viviendo una terrible situación por los cortes del vital líquido que les ha dejado no por horas, sino por días, sin agua, sumidos en la angustia y la desesperanza, recordando aquella no tan vieja promesa de tener agua al menos durante 15 años.
Se dijo y se prometió que, con la construcción del tan mentado acueducto de 375 kilómetros con el que se traería agua desde el río Pánuco, calificado como “sueño guajiro” de la administración anterior y retomado por la Fosfo administración actual, el abasto del vital líquido estaría garantizado, ya no por 15 años, sino por mucho más tiempo. Supuestamente el Plan Monterrey VI habría pasado a menor vida y se partiría de ceros, pero hasta la fecha, no hay claridad al respecto.
Vuelven los recuerdos de una época reciente, precisamente la del “Bronco”, en la que, dígase lo que se diga, no hubo ninguna fuga de agua, ningún problema con el abasto oportuno y sin promesas tan aventuradas como las de su sucesor, al menos en este tema no tuvo mayores broncas. Ah pero qué tal nuestro FosfoBober? En plena crisis del agua, él se fue de vacaciones, a disfrutar de lugares con mucha agua, mientras sus gobernados, bebían polvo.
“Agua que no has de beber, déjala correr”, decía una vieja frase, misma que hoy ya no está acordé a estos tiempos, tiempos en los que, si no se encuentran soluciones reales, no habrá ni una gota de agua, ya no para dejarla correr, sino incluso hasta para beber. Y a ver si al Samy no se le ocurre sacarle la vuelta a la bronca yéndose, oootra vez, de vacaciones, que son su pasión…