lun. Sep 16th, 2024


Óscar Tamez Rodríguez
La democracia mexicana es agredida por los dos extremos de las ideologías políticas. La atacan las izquierdas y también lo hacen las derechas, ambos grupos desde lo más radical de su posicionamiento.
Los discursos de propagandistas y seguidores en las dos fracciones políticas se empeñan en descalificar al de enfrente, peor aún, asumen que sólo su verdad lo es y por tanto, hay una opción buena y otra mala para la democracia y los mexicanos, se equivocan ambas posturas.
Hay una tercera y hasta una cuarta vía como opciones en la próxima elección. Existe MC como opción política distinta a la 4T y los rosados de Xóchitl. También está la opción de anular el voto presidencial y exigir a los partidos que incluyan a la sociedad civil en la toma de decisiones, no sólo para manipularles y obtener su voto.
La ruta por donde nos llevan los radicales es la excluyente democracia de mayorías que existió en el país hasta la reforma constitucional de 1963 cuando se establece la representación proporcional mediante los legisladores de partido.
Las sociedades modernas reclaman inclusión en todo, lo mismo en la diversidad cultural, étnica, social, económica, sexual o por condición física e intelectual. Ya nadie acepta los discursos excluyentes propios de los radicalismos, ¿Por qué habríamos de aceptarlos en democracia?
Los discursos de la 4T al igual que los del frente opositor son excluyentes, rechazan reconocer a más del 40% de mexicanos que no simpatizan con alguna de esas dos opciones.
Tenemos 40% de electores que no votan, más otro 15% aproximadamente que prefiere la opción MC o simplemente ninguna de las que ofrece el panorama partidista, para estos últimos está la opción de anular el voto.
Los intolerantes y radicales de la izquierda agreden a quien discrepa de sus propuestas y los rosados xochitlistas hacen lo propio acusando de simpatizantes morenistas a quienes difieren de su proyecto.
Con esa actitud ninguna de las partes va a conseguir el 15 o 20% de potenciales votos ubicados entre el 40% que tradicionalmente no vota y el 15% de voto útil ubicado entre MC y ninguno o no sé en las respuestas de las encuestas, entre ellos estaría el triunfo para la derecha excluyente.
México evolucionó y avanzó en los recientes 60 años, pasó de una democracia excluyente a otra incluyente. Esa es la democracia que debemos defender los ciudadanos no partidistas, sus adversarios están en las filas de la 4T y del xochitlismo actual.
Somos una sociedad de 90,000,000 de electores, entre ellos los perfiles sociodemográficos son variados: mujeres, hombres, diversidad sexual, adultos mayores, jóvenes, discapacitados, amas de casa, desempleados, soñadores, empresarios, miembros de los pueblos originarios, afroamericanos y puede crecer la lista; todos con algo en común, sus demandas democráticas no siempre están representadas en lo que ofrecen los radicalismos.
MC y voto nulo son opciones para los que no se encuentran al buscar en las opciones radicales de la política. Es urgente que los partidos entiendan que hay un sector de la sociedad que no responde ni lo hará a las exclusiones de los extremismos.
Las listas plurinominales o VIP en el poder legislativo son ejemplo palpable de cómo los partidos usan y manipulan a los ciudadanos pero que no desean incluirlos en sus equipos pues los ciudadanos estorban.
Los radicalismos no caben en las sociedades pluriculturales, sin la inclusión de las minorías y las diversidades se gesta una sociedad de marginados, resentidos y excluidos sin identidad, esto es muy riesgoso a todo país.

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