Gerardo De la Garza Vargas
Uno de los escritores y novelistas que más polémica han levantado en la cultura del país de la Coca-Cola.y los hot-dogs es Hunter S. Thompson quien siempre provocaba con sus artículos al gobierno de su país, en especial a Richard M. Nixon, visto como su némesis, quien no paraba de criticar sus políticas pragmáticas y conservadoras a lo largo de los 70´s, en especial en su posición frente a la guerra de Vietnam.
Tal será su fama de contracultural con la juventud de la época que creó su propio estilo de literatura, de nombre “Literatura Gonzo”, la cual era todo tipo de narraciones en donde el narrador tomaba una parte activa de lo que escribía, dando por resultado escritos surrealistas, extravagantes cargados de un sarcasmo y una exageración que muy pocos escritores han podido replicar hasta la fecha.
Nacido en Louisville, Kentucky en 1937, Hunter vivió la crisis económica estadounidense de primera mano además de crecer en uno de los estados más característicos de la cultura sureña, la cual se caracteriza por la importancia de la comunidad, la hospitalidad pero también el racismo y la segregación de Jim Crow.
Tales contradicciones hicieron de “El Doc” uno de los personajes más queridos (y odiados) del imaginario cultural gringo. Sus reglas parecían ser vivir la vida en plenitud y rabiosamente por lo que se relacionó con personalidades de todo tipo. Entre sus más famosas amistades estaban los actores estadounidenses Johnny Depp y Bill Murray, el ilustrador británico Ralph Steadman, el activista chicano Oscar Zeta Acosta, el político también estadounidense también George McGovern y un largo etcétera.
Una de sus primeras y más publicitadas obras literarias fue “Hell´s Angels: The strange and terrible saga of the outlaw motorcycle gangs” (Los Ángeles del Infierno: La extraña y terrible saga de las pandillas motociclistas ilegales). La cual le ayudó a establecer su reputación de escritor aventurero y audaz pero que también le ganó una madriza de antología llevada a cabo por la misma pandilla.
Como escritor nunca se conformó y siempre buscó, como buen periodista, la verdad de las cosas aún a costa de su propia seguridad además de que tuvo una gran afición a los excesos, entre los que estaban principalmente el alcohol y las drogas, dándole a los artículos, libros y presentaciones un ambiente valemadrista que casi ningún escritor americano se ha atrevido a mostrar.
Él criticó hasta la saciedad al gobierno de su país, marcando casi con sangre (la suya) todos sus defectos, de su sociedad, economía y sobre todo, política y cultura, postrándose frente a nadie y siempre fue fiel a sí mismo, siendo él su propio jefe. Dos de obras más publicadas han sido llevadas a la pantalla grande como “Fear and loathing in Las Vegas” (Miedo y Asco en Las Vegas) o “The rum diary” (El diario del ron) demostrando su valía en la sociedad norteamericana muy a pesar suyo.
Hasta para dejar la existencia siguió sus propias reglas, ya que se dio un tiro en la cabeza en su hogar de Woody Creek, Colorado debido a su precaria salud física y mental, más dejó en su testamento que lo cremaran y sus cenizas las dispararan por medio de un cañón hacia los cielos en un estilo totalmente gonzo.
So long, good Doctor…