Abel Moreno López

No cabe duda que la historia y particularmente la política, se recicla. La revisión de actos que tuvieron lugar en otro tiempo, parece que vuelven a presentarse en estos días… hay una especie de paralelismo…

Hoy se recuerdan -como olvidarlo- los días de la celebración del primer centenario del Estado de Nuevo León, no era un evento ordinario el que la entidad llegara a sus primeros 100 años de vida institucional y sin embargo hay un hecho notorio aunque no notable: el gobernador estuvo ausente…

Más aún… poco tiempo después fue desaforado…

Desde luego nada que ver con la actual crisis política de gobernabilidad y representatividad política en que no faltan las voces que reclaman llevar a juicio político al titular del Ejecutivo por reiteradas y públicamente conocidas violaciones al texto constitucional que presume haber renovado.

Aquellos eran los días de la postrevolución, luego de un año de gran inestabilidad política como fue 1923 con más de media docena de titulares del Ejecutivo, finalmente había sido electo el general Porfirio G. González, sin embargo, la estela de inestabilidad arreciaba, en tanto que la violencia y la intolerancia iban in crescendo…

Para la conmemoración centenaria el Congreso Local había decretado como día de fiesta el 7 de mayo de 1924 a propuesta del diputado Julio L. Leal. Ahora en el bicentenario sí estará presente el Ejecutivo, que ejerce una sola persona, pero no se sabe si lo harán los otros dos poderes del estado, dada la crisis política antes aludida…

El 7 de mayo, se conmemoraba un fausto acontecimiento, Nuevo León cumplía 100 años como entidad federativa y las autoridades y la sociedad se aprestaban a realizar un gran festejo. El gobernador González estuvo ausente, por enfermedad, según se dijo… Lo representó el secretario de gobierno, licenciado Antonio C. Elizondo…

Cinco meses después, el gobernador fue desaforado por el Congreso… pero esa ya es otra historia…