Gerson Gómez Salas
Llevarán el naufragio hasta lo último. Será la marcha fúnebre. El barco de los partidos políticos, los de nueva creación, harán acuerdo para colocar a sus candidatos en puestos claves.
Ninguno de ellos llegará al 3%. Solo que esa cantidad en contiendas cerradas, son la diferencia entre quienes mandarán los siguientes tres años. Vender el alma a operados oscuros, valida la puerta entre los nulos y quienes de declinan. Afrontar la derrota bizantina rinde la supervivencia.
Mantenimiento de parques, los cementerios y hasta en las casas culturales. Para ello la conformidad de llevar alimentos a sus hogares. Por lo menos los primeros años. Ya después, el proselitismo en las calles y los diretes de inconformidad.
Mientras organizan nuevas 51 reuniones. Cambiar el nombre sus siglas. Conformar estatutos de acuerdo a sus ideales y levantar listas apócrifas con la ayuda del INE.
En tres años Patricio Zambrano, Adalberto Madero y la constelación de evangélicos con miras a colocar, por representación proporcional, gastarán la suela de sus cómodos zapatos de diseñador.
En el salón rojo del palacio de gobierno los escucharán como siempre a los presidentes de membrete. Les ofrecerán el apoyo de la Guardia Nacional, la fuerza civil y de los policías locales de los municipios.
La misma panacea. El mismo canto de las sirenas. La suerte de los beneficiarios pasara de largo. Lo negocios son se cierran en el club industrial y en el campestre. No en los mercados rodantes. Con aroma a carnitas y piratería china.
