Arya Stark tenía una lista de venganza, y cada noche repasaba los nombres de aquellas personas que habían hecho daño a su vida y de los cuales se vengaría matándolos.
Yo he empezado mi lista de ofensores y ofensas, no para vengarme de ellos, sino para vaciarme de ellos, porque he visto cuánto y cómo me contaminan, cómo siguen teniendo efecto en mí y corrompen mi espíritu, alma y cuerpo.
¿Cómo llegué a esta conclusión? La vida cristiana no está exenta de ofensas y enojos, es necesario que reconozcamos que todos nos ofendemos y ofendemos muchas veces (Santiago 3:2), el problema es cuando éstos enojos y ofensas te hacen pecar y hacen brotar raíces amargas.
Juan el bautista dijo sobre Jesús: Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. (Juan 3:30)
Así comenzó la lista, como una necesidad de vaciarme para que Jesús llene los espacios, y a medida que la escribo, que rebusco en mi mente y mi corazón, al vaciar sobre el papel los monstruos que me persiguen veo que no son tan grandes ni tan fuertes ni tan malos ni tan feos, descubro con una sonrisa que no son reales, que han perdido poder porque han salido del terreno de mi mente y que cuando miro a Jesús caminando al Gólgota, subiendo a la cruz, descendiendo a los infiernos y rompiendo la piedra que cerraba la tumba, siento una paz que sobrepasa mi entendimiento, que no te puedo describir pero me gustaría que pudieras experimentar.
Por mera lógica, Dios no llenará algo que ya está lleno. ¿De qué estás lleno hoy? ¿De qué te gustaría estar lleno?
Vacíate hoy de la ofensa, del enojo, de la tristeza, de la incredulidad, de todo lo que te duele, te contamina y te irrita, y deja que el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la fe, la bondad, la templanza y la mansedumbre comiencen a brotar de tu interior como ríos de agua viva que saltan y salpican a otros alrededor de ti.
Hoy te invito a hacer una lista de aquellas cosas de las que necesitas vaciarte, tomate un tiempo a solas y habla con Dios sobre ellas, no te limites, Dios te dio todo un abanico de emociones para expresarte: ¡úsalas!, y deja que Jesús te explique Su plan en lo que estás viviendo, y si decides creerle y seguir Sus instrucciones, estoy segura que el poder del Espíritu Santo vendrá sobre ti y comenzará a llenar los huecos, a sanar las heridas, a restaurar lo que pasó y a hacer cosas nuevas en ti y en tu vida.
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
Efesios 4:26-27, Hebreos 12:15
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