Por Gerardo Guerrero

En la penumbra de la realidad mexicana actual, el país se presenta como un escenario de comedia negra, donde la política se convierte en un teatro de sombras, y la vida cotidiana se despliega entre la ironía y el desasosiego. México, con su imponente telón de concreto y su laberinto de problemas sociales y políticos, se desenvuelve en una tragicomedia digna de los más grandes dramaturgos y escritores, en la que los protagonistas se mueven entre la desesperanza y la ceguera, entre la promesa de un cambio que nunca llega y la constante repetición de viejas historias.

Política y Corrupción

El PRI, en su inevitable caída, se asemeja a la crónica de una muerte anunciada, su decadencia es un eco de un pasado que no supo reinventarse, un anciano cuyo bronce se está desmoronando bajo el peso de sus propias sombras. El PAN, por su parte, parece sumido en una ceguera desesperada, incapaz de ver más allá de sus fracasos y dogmas arcaicos, mientras que el Movimiento Ciudadano (MC), en su estilo entre *El Gran Gatsby* y *Cyrano de Bergerac*, se presenta como una caricatura de sí mismo, atrapado entre la ambición de grandeza y la realidad de su efectividad.

AMLO, al borde de su presidencia, encarna el hedonismo de *Dorian Gray*, un líder que, en sus últimos días en el poder, parece más enfocado en sus placeres y en mantener una imagen inmaculada que en enfrentar los desafíos que ha dejado a su paso. La Cuarta Transformación (4T), a punto de ser sucedida por Claudia Sheinbaum Pardo, se enfrenta a retos monumentales. Ella debe navegar en un mar de promesas incumplidas y expectativas desinfladas, posiblemente siguiendo un camino tan tortuoso como el descrito en *La Divina Comedia*, donde el descenso a los infiernos del deterioro social y político es una constante.

Desigualdad y Crisis Social

La desigualdad social y económica se manifiesta en cada rincón del país, desde las grandes manchas urbanas repletas de concreto que absorben la vida y el espíritu de sus habitantes, hasta la depredación forestal que reduce a cenizas la esperanza de un futuro sostenible. La escasez de recursos para el campo es palpable, mientras que el analfabetismo ideológico y la polarización política convierten la movilidad social en una utopía lejana, una quimera en la que la mayoría de los ciudadanos se resigna a vivir sus propias contradicciones y frustraciones.

La inseguridad es un tema omnipresente, con el tráfico de órganos, la trata de blancas y menores, el narcotráfico, y los secuestros convirtiendo la vida diaria en una serie de episodios dramáticos y violentos que parecen no tener fin. La corrupción, que se manifiesta en el cobro de piso y en las redes del narcotráfico que se extienden de costa a costa y de frontera a frontera, convierte al Estado en un títere de sus propios demonios.

Educación y Salud

La educación, lejos de ser una herramienta de liberación, se enfrenta a la falta de inversión y a una calidad que no logra preparar a las futuras generaciones para un mundo competitivo. La salud digna es un lujo que muchos no pueden permitirse, y la obesidad y el aumento constante de la canasta básica son síntomas de una crisis económica que afecta a todos, desde los más pobres hasta los menos afectados.

Mientras tanto, la falta de espacios deportivos y recreativos revela un abandono de la juventud y de la salud pública, reflejando un país que no solo ha olvidado cuidar de su gente, sino que también ha renunciado a la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Una Sociedad en Descomposición

En medio de este caos, la mayoría prefiere perderse en reality shows y en una vida de superficialidades en lugar de enfrentar la cruda realidad. Cada quien escoge su propio veneno, sumido en un ciclo de quejas sin soluciones, resignación, y un desinterés general por el verdadero cambio.

La amenaza de Trump en la frontera norte y el continuo pasar de inmigrantes en la frontera sur que al no logran arribar al sueño americano se resignan a quedarse en un México en terapia intensiva, subrayan la desesperación y el desencanto de un país que sobrevive de milagro, a punto de necesitar cuidados paliativos. En esta tragicomedia nacional, el México de hoy se debate entre la esperanza de una cura milagrosa y el sombrío destino de una enfermedad crónica que nadie parece dispuesto a enfrentar con seriedad.

La política mexicana es como una novela de realismo mágico donde lo imposible se convierte en posible.

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